1. Actoras

El lunes pasado, hacia el final de la clase teórica de Discurso y género, Sara Pérez dijo “las actoras”. Se refería a mujeres protagonistas de algún hecho: actoras sociales. Me sorprendió y me alegró el término. Muchas veces, escribiendo textos institucionales por trabajo, me encontré en un brete al querer salir del masculino genérico de “actores sociales”: me quedaba trabada en la correspondencia actor/actriz, donde “actor” parece tener un sentido mucho más amplio que “actriz”, como si a las mujeres nos quedara solo la actuación, único acto. Nosotras no somos actrices sociales, pero tampoco somos actores. “Actoras” resuelve ese intríngulis. 
Para mi ya acostumbrada sorpresa, la palabra no es nueva: la RAE la consigna
actor, ra
Del lat. actor, -ōris.
1. m. y f. Participante en una acción o suceso. U. t. c. adj.
2. m. y f. Der. Demandante o acusador. U. t. c. adj. La Caja Nacional actuará como parte actora.

Le consulté a Sara si se usa mucho. “Respecto de la palabra ‘actora’, no sé si la decisión de su uso ha sido muy conciente. Sin dudas, me gusta como palabra. Me parece que tiene toda la carga positiva de la agentividad del ‘actor social’ más la visibilización de género. Y si bien me gusta la noción de ‘agencia’ en abstracto, por los desarrollos teóricos, creo que la palabra ‘actora’ es la más pertinente para expresar la referencia a mujeres que actúan en la vida social, como derivado de acción y no de actuación”, respondió. “Revisé el Diccionario del Español de México. Allá, como acá, se usa bastante en el discurso jurídico, quienes inician o son parte de acciones legales, ‘la parte actora’. Es interesante, porque no refiere en términos semánticos a mujeres que hacen cosas o toman parte, sino a una entidad o rol en el juicio, ‘la parte’.  Probablemente lo haya tomado de algunas lecturas sobre género y violencia o derechos, no creo mucho en la ‘creatividad’ individual en estos casos, vivimos atravesadas de discursos. Pero me gusta.” Actoras de acción.
 

2. Buenismo

“Como dice el genio de Miguel Pichetto, que tiene razón, hicimos mucho buenismo, mucho pelotudeo en el ejercicio del poder”, dice el ex presidente Mauricio Macri en un video difundido el jueves 26, extractado de una reunión partidaria por Zoom. 
Pichetto, ex senador y ex candidato a vicepresidente por partidos opuestos, gusta de las categorías provocativas. En marzo marqué “pobrismo” (N28P09). En agosto dobló la apuesta: “La Argentina está impregnada por dos categorías: el pobrismo como ideología donde es bueno ser pobre, que es una tara mental de la iglesia católica (…), y la otra es el buenismo, que es una categoría imbécil de la política donde no decís nada y la pasás bien y al gente te vota igual”. En junio decía “el buenismo o el pasanadismo nos lleva a la derrota” (chapeau para “pasanadismo”, otro nivel).
“Buenismo” es una palabra enarbolada por grupos antiinmigración, racistas y pro mano dura de la derecha española, particularmente VOX. El miércoles, por ejemplo, Ignacio Garriga, de VOX Cataluña, dijo: “La izquierda y el separatismo es cómplice de las mafias de la ocupación, del narcotráfico y del buenismo instalado en nuestras calles”. 
“Hace un par de años, la RAE aprobó buenismo como vocabulario del español. Al normalizar este vulgarismo de connotaciones sarcásticas, lo que se hizo fue dar una patada al diccionario”, decía Santiago Ortiz Lerín en 2019, en El Periódico. “[Su] sentido es sarcástico, pues no se desprende la ideología de bueno, sino más bien la de debilidad mental, pues según la RAE es una ‘actitud de quien ante los conflictos rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con excesiva tolerancia’ (por cierto, para esto ya existe la palabra pusilánime), y que indica que se usa de manera despectiva, es decir, es un sarcasmo en toda regla, una “burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo”. 
Decía Jordi Ibáñez en El País, sobre el término: “retrata a quienes lo profieren”. Como todos.
 

3. Malismo

“Mirá si hubiera hecho malismo”, se dijo en respuesta al “buenismo” de Macri. 
“¿Por qué es rentable en España en 2021 sacar de la caverna a los neandertales?”, preguntaba Javier Giner el sábado 28. Lordo respondía: “Por el auge del malismo, esto es, creer que comportarse como un cretino es una opción política. El malismo es el reverso tenebroso de lo que se suele llamar buenismo, en realidad una parodia de lo que es mera decencia. Todo bajo la idea de que la solidaridad es una estupidez”. Acotaba Marco Antonio Cuiñas: “El malismo, apología de la ignorancia, ser trendy ir contracorriente (por muy inverosímil q sea la postura), dudar de todo y poner siempre en entre dicho un consenso probado para ‘demostrar’ que tú no estás aborregado.”
Fundeú recoge el término como “tendencia a creer en la maldad inherente del hombre y en la fuerza y la violencia como vía más eficaz para resolver conflictos”.
En 2015, Rosa Montero decía en El País: “Detesto el buenismo, si por ello entendemos la suplantación de la realidad por un discurso huero y pomposo. Pero aún me espanta más la ignorancia primitiva, violenta y tribal con que reaccionamos frente al diferente.(…) convertirnos en matones de nuestra cultura, golpearnos el pecho como gorilas, sentirnos estúpidamente superiores e ir alimentando con tópicos descerebrados y belicosos la inmensa hoguera de furor que arde en el mundo. También hay un malismo y es esto, esta fiebre sectaria e irracional, estas ansias de exclusión y enfrentamiento. Así se han debido de montar todas las catástrofes bélicas de la historia: cultivando el malismo y aporreando con pueril entusiasmo los tambores de guerra.”
Dijo Javier Milei el viernes 27: “Sabés qué Larreta, como el zurdo berreta que sos, a un liberal no podés ni lustrarle los zapatos. Te aplasto hasta en silla de ruedas, sorete.”
Tuiteó Genaro Press el sábado 28: “Cada vez que veo a Baby Etchecopar me acuerdo de un gran reportaje que María O’Donnell le hizo a Martín Kohan, que lo comparó con el porno porque está todo a la vista.”
 

4. Narcocomunismo

Perdón por insistir con VOX, pero es que es irresistible. “Legisladores mexicanos de
@AccionNacional se adhieren a esta iniciativa para frenar el avance del narcocomunismo en las naciones de la Iberosfera”, tuitearon el viernes 3 desde la cuenta del partido. Qué talento para la ficción, para estallar los límites del verosímil. Me recuerda a la notable historia del comando mapuche-iraní
“El avance del narcocomunismo en América y Europa pone a la Iberosfera en la encrucijada”, asegura Hermann Tertsch en La Gaceta de la Iberosfera (otro palabrón). Tertsch es periodista y miembro del parlamento europeo por VOX. Sostiene en la nota, de abril: “Se acelera el conflicto electoral, político y cultural entre las fuerzas totalitarias del narcocomunismo y los defensores de la libertad y la democracia reunidos en torno a la ‘Carta de Madrid’”. Habla de “las fuerzas narcocomunistas del MAS” en Bolivia. “Hoy, las vastas organizaciones de tráfico de cocaína dirigidas por el régimen venezolano y cubano, sus aliados de las FARC, ELN, el nuevo Gobierno boliviano, el argentino y todas las fuerzas que interactúan dentro del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla tienen poder para comprar jueces y fiscales, políticos de gobierno y oposición, policía y ejército, instituciones, partidos y organizaciones enteras.” 
Ya en 2019, Luis María Ansón, miembro de la Real Academia Española, hablaba de “Narcocomunismo en Venezuela”
Volviendo al tuit original, contaban que miembros de Partido Acción Nacional, de México, firmaron la Carta de Madrid, un documento de la Fundación Disenso, think tank de VOX. La carta asegura: “una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países”. Entre las firmas hay 22 argentines; 12 son diputades del PRO.
“Vox invita a los narcopanistas a participar en la iberosfera para derrotar al narcocomunismo?”, tuiteaba @mariafdezv. “Tantas series de narcos y esta gente no aprende naa”.
 

5. Represión

Mientras tanto en China a Xi Jinping no le tiembla el pulso. 
El ministerio de Educación anunció que “El pensamiento de Xi Jinping” será materia de estudio en todos los niveles, desde la primaria hasta la universidad. 
El sábado 28 se informaron regulaciones para la industria del entretenimiento que prometen “desarraigar la influencia negativa de la cultura de los famosos en la juventud”, según el South China Morning Post. “El compromiso forma parte de una campaña nacional para salvaguardar la ‘seguridad política e ideológica’ del ciberespacio”. Las autoridades ordenaron “poner fin con determinación a los niang pao [literalmente “maricones”] y otras estéticas anormales”, en referencia al modelo andrógino de celebridades que se copia del pop coreano. Se prohibieron los exitosísimos reality shows que fabrican ídolos en serie, la exhibición de riqueza y los chismes. También se acusó a importantes estrellas por “mala conducta”; algunas fueron borradas de la web. El objetivo es “promover vigorosamente la excelencia de la cultura tradicional china y la cultura socialista avanzada”. “La Comisión Central de Inspección Disciplinaria, máximo organismo de control del Partido Comunista contra la corrupción, dijo que el país estaba decidido a continuar con su ‘dura represión’”.
El lunes se anunció que los menores de 18 solo podrán jugar videojuegos (“opio espiritual”) viernes, sábados, domingos y feriados de 8 a 9 de la noche. Esto se controla automáticamente a través de las plataformas.
Y este sábado 4, la Asociación de Escritores de China apeló a la “ética profesional y el sentido de responsabilidad social entre los autores”. Pide “que profundicen en la vida de la gente común para contar sus historias y creen obras literarias que reflejen las voces de la población y sean bien acogidas por la ciudadanía”. Cierra: “La asociación advertirá y educará a escritores éticamente cuestionables, además de formular un pacto de autodisciplina en términos de ética profesional para la literatura en línea.” Hola Big Brother.
 

6. Dataización

El 27 de agosto, China anunció medidas para regular los fanquan, clubes de fans digitales, a los que se llamó “caóticos”, para “proteger el bienestar de la juventud china”. Se prohibieron los rankings de celebridades, y se eliminaron 5.300 cuentas y grupos de redes sociales, en medio de creciente preocupación por un culto a las celebridades fuera de control. “Participar en la cultura del fandom chino ya no era simplemente un pasatiempo, sino una forma de ‘trabajo de datos’”, se afirma en Sixth Tone. (…) “Yin Yiyi, profesor asociado de medios y estudios culturales en la Universidad Normal de Beijing (…) lo llama la ‘dataización’ del fandom: los fanáticos ya no usan objetos físicos como álbumes y carteles para identificarse y relacionarse entre sí; en cambio, se sumergen en comunidades y actividades virtuales, desde comprar un álbum en línea hasta presionar ‘me gusta’ en la última publicación de su ídolo. Esto hace que el perfil público de una celebridad sea altamente vulnerable a la manipulación en línea, y que el fandom sea más técnico que nunca. En lugar de simplemente comprar un álbum o clamar por un autógrafo, los círculos de fanáticos se involucran en campañas sofisticadas, coordinadas y, a menudo, costosas para impulsar el reconocimiento del nombre de sus ídolos.
Una consecuencia de este modelo es el consumo excesivo. Algunos fanáticos del K-pop y J-pop incluso compran al por mayor mientras le dicen específicamente al distribuidor que no envíe los álbumes, carteles o revistas reales, un práctica conocida como ‘compra sin envío’. En abril, un popular programa de ídolos fue cancelado después de que circularan videos de personas que arrojan botellas de leche y yogur en acequias. Las botellas fueron producidas por el auspiciante del programa, con códigos QR que prometían votos adicionales. (…) Los fanáticos no solo están trabajando para apoyar a sus ídolos; están realizando trabajo no remunerado para empresas de redes sociales.”
 

7. Twitcheros

“Los twitcheros hacen paro para reclamarle a la plataforma que haga algo con los bots del odio”, decía Ariel Tiferes en su newsletter Deili Tek del jueves. Hablamos de Twitch con “amongusea” (N09P05), de Alexandria Ocasio-Cortez; después con “desplataformización” (N19P04), cuando mutearon a Donald Trump, y finalmente con “streamer” N35P06, la entrada triunfal de Ibai Llanos. Twitcheros es un poco más específico que streamers, ya que también se puede streamear por otras plataformas, como Discord (N22P04) o YouTube. 
El miércoles 1, este nuevo colectivo hizo algo bastante tradicional: un paro. Circuló el hashtag #ADayoffTwitch (“Un día fuera de Twitch”), seguido de “en solidaridad con les creadores marginalizades bajo ataque por bots y raids de odio”. 
¿Qué son los raids? “Forman parte de la cultura de la plataforma de streaming: después de que un creador termine su transmisión, puede ‘asaltar’ otra transmisión enviando a sus espectadores a ver el canal de otra persona”, se explica en TechCrunch. “Se supone que esta función ayuda a los streamers más experimentados a apoyar a los recién llegados, pero en su lugar se ha convertido en una herramienta de acoso.”
¿Y a quién le hace huelga une creadore de contenido independiente? Elemental: a la plataforma sobre la cual se monta. En este caso, Twitch, propiedad de Amazon desde 2014. La protesta impulsaba una serie de demandas: una reunión con les afectades por los raids de odio, que se permita a les streamers aprobar o rechazar a quienes se unen a la transmisión, que se habiliten herramientas para que sólo las cuentas de cierta edad puedan chatear, que se comprometa un cronograma de implementación de herramientas integrales contra el acoso.
En Twitter, les organizadores de la huelga llamaban a “contar por qué te estás tomando el día libre de Twitch”, para hacer entender “por qué Twitch es importante para vos y para todes”. Exactamente lo mismo que solía hacerse en los “paros activos” en la universidad.
 

8. Mu

Alfa (Gran Bretaña), Beta (Sudáfrica), Gamma (Manaos, Brasil), Delta (N40P03) -antes conocida como la triple mutante B.1.617 (N37P04)- (India) son las “variantes de preocupación” del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, listadas por la Organización Mundial de la Salud. La variante Épsilon viene de California, la Zeta de Río de Janeiro: fueron “variantes de interés”, pero ya se cayeron de la lista. Las “variantes de interés” son aquellas “con cambios genéticos que se predice o se sabe que afectan a las características del virus, como la transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad, el escape inmunológico, el diagnóstico o el escape terapéutico”; e “identificadas como causante de una transmisión comunitaria significativa o de múltiples conglomerados de COVID-19, en múltiples países con una prevalencia relativa creciente junto con un número creciente de casos a lo largo del tiempo, u otros impactos epidemiológicos aparentes que sugieran un riesgo emergente para la salud pública mundial”. El paso previo a la preocupación. Actualmente son Eta (muchos países), Iota (Estados Unidos), Kappa (India), Lambda (Perú), y la recién llegada: Mu, de Colombia. 
“En base a la última ronda de evaluaciones, el 30 de agosto de 2021 B.1.621 fue clasificada como una variante de interés y fue denominada ‘Mu’.(…) La variante Mu tiene una constelación de mutaciones (N19P10) que indican propiedades potenciales de escape inmunológico (N40P04)”, se dice en el boletín semanal de monitoreo de la pandemia de la Organización Mundial de la Salud. “Los datos preliminares presentados al Grupo de Trabajo sobre la Evolución del Virus muestran una reducción en la capacidad de neutralización de los sueros de los convalecientes y de los vacunados, similar a la observada en la variante Beta, pero esto pero esto debe ser confirmado por otros estudios.” 
Mu está apareciendo en Ecuador, Chile, en Florida (Estados Unidos) y en Bélgica.
Vamos a agotar el alfabeto griego. Y los chistes: ni mu.
 

9. Presencialidad plena

¿Cómo llamar al retrónimo del retrónimo?
Cuando escribí sobre “presencialidad” (N24P09), en verano, no había dado todavía con “retrónimo” (N36P01), tesorito de otoño: “Una palabra o frase creada porque un término existente que antes se usaba solo necesita distinguirse de un término que se refiere a un nuevo desarrollo”. Igual la presentía. Decía en febrero: “Dimos vuelta a la esquina y nos acostumbramos; lo no marcado, lo habitual, empezó a ser la interacción digital, a distancia. Así nació, como excepción, como futuro añorado que busca el pasado, la presencialidad”. 
Siete meses después, el binomio virtualidad / presencialidad ya no alcanza para dar cuenta de lo que vivimos: necesitamos otros matices. Porque si presencialidad es lo que había en las escuelas desde febrero, ¿qué es esto de ahora? (y si fuiste como eras, ¿cómo sos?) Y bueno: presencialidad plena, para nombrar a aquello que es como solía ser antes de que empezáramos a pensar en estas cosas. Con la paradoja de que ya no es igual: es lo que era, más la conciencia de su fragilidad.
 

10. Angaú

“linkedin puede ser un lugar muy interesante si seguís lo que realmente te gusta y hacés caso omiso de las pelotudeces de autosuperación que publican los angaú entrepreneurs”, tuiteó hace unas horas @sandiaconqueso. Tuve que preguntar. “jajaja es la palabra en guaraní para ‘mentira’ la usamos en corrientes como sinónimo de ‘supuestamente’”, me dijo.
En el Diccionario Argentino (colaborativo) me entero que tiene forma alternativa con la e:
1. Engaú/Angaú
Este término se utiliza cuando te están metiendo un verso y todo es un bolazo, o cuando algo no es del todo cierto.
Término utilizado en la provincia de Corrientes ya que pertenece al guaraní.
Situación: ahí está tu novia engaú (novia de mentira).

También está en el Diccionario del Habla de los Argentinos que publicó en 2019 la Academia Argentina de Letras. (Perdón gente del Litoral por aburrirles con esto. Como dice Santiago Kalinowski en El Territorio, “para nosotros conformaba léxico extraterrestre”. Culpo al porteñocentrismo (N39P01))
Encuentro Angaú Noticias, un sitio de humor (angaú) chaqueño, y también Angaú, Revista trimestral de filosofía “y coso”, a cargo del Centro de Estudios Desiderio Sosa, la escuela correntina de pensamiento y el club mundial de filosofía (y qué hermoso vivir en un lugar que se llama Corrientes, casi en gerundio y en plural). “Rescatar la voz guaraní angaú representa una definición filosófica de vivir bajo las interpretaciones siempre supuestas y conjeturales que por tensiones de los poderes en juego se presentan más o menos verosímiles”, dicen sus fundadores. El tema del primer número es “La normalidad”. 
Pienso en el “ponele” que circula hace unos años: pliegues de la realidad, o del efecto de realidad. Decir que supuestamente es una acrobacia para decir que no sin decir que no. Como en Brasil, con esa forma hermosa para nunca negar: “Tein, mais tein falta”. O será angaú una coartada, un modo de dejarle un resquicio al beneficio de la duda: quizás, quizás, quizás.