1. Ciberfísico

“¿Cómo diseñar políticas para el universo ciberfísico?”, preguntaba el jueves el especialista en economía de la innovación Simone Vannuccini, en el mini curso “Technology, Policy and Pathways to Possible Worlds: Imagining Year 2050 Now” de SPRU, Universidad de Sussex. Incluso ofreció una sigla: CPU, que me remitió a las computadoras de los años 80 hasta que entendí que era nomás cyber-physical universe. O sea, donde habitamos. “Hay una profunda fusión entre lo físico y lo digital. Vivimos en un sistema de extremo abierto, ya no newtoniano”, definió Vannucini.
Hay llamativamente poco online sobre el universo ciberfísico. La referencia principal es un paper ruso: Cyber-physical universe: an ontological shift, de Vadim Chekletsov. Es de 2018, antes de este año ciberpunk que estamos tratando de terminar. La segunda referencia es una presentación china en relación a la industria 4.0 y la internet de las cosas, desde el punto de vista de la ingeniería y los negocios. (Sin embargo, el paper ruso señala en una nota al pie que “es interesante que el primer thinktank ruso sobre internet de las cosas fue establecido por el Instituto de Filosofía de la Academia Rusa de Ciencias”). 
Varias referencias hablan de computación en la nube, internet de las cosas, industria 4.0. Como es tradicional, muchas se relacionan con ministerios de defensa. Como
una conferencia del ingeniero naval Miguel Ángel Recamán Rivas, de 2016, que habla del “astillero 4.0”: “En el universo ciberfísico, las cosas existen en el mundo virtual antes que en el mundo real. Los modelos en tres dimensiones creados en el ordenador anteceden a la realidad material”. Pienso en lo vieja que queda la idea de “mundo real”, justamente lo que discute Vannucini con el “ya no newtoniano”. Otras fuentes marcan que ya no habría diferencia entre “ciberseguridad” y “seguridad”. 
Me quedé rumiando el open end system: se sabe dónde empieza, pero no dónde termina.

 

2. Control remoto

Una mariposa aprieta un botón en Tel Aviv y un hombre muere en Teherán. “Científico nuclear iraní fue asesinado a tiros con ametralladora a control remoto” dijeron, palabras más o menos, los portales de noticias del mundo el lunes. Otros usaron la frase “asesinato a distancia” y “armas controladas por satélite”. La fuente parecen ser declaraciones de Ali Shamkani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad de Irán, acerca del asesinato de Mohsen Fakhrizadeh, el “padre del programa nuclear iraní”, el viernes 27. Según AlJazeera y otras cadenas internacionales, el lunes, durante los funerales, Shamkani dijo que “la operación fue muy complicada y fue hecha usando equipos electrónicos, sin personas en la escena”. Según la BBC, dijo que habían usado “métodos especiales”. Vaya une a saber qué habrá dicho el hombre en farsi.
En la cobertura de la BBC se ve un mapa satelital de la zona. Cómo no pensar en la temporada 4 de Homeland, esa que empieza con el episodio “The Drone Queeny que se pasa los siguientes once tratando de lidiar con los efectos colaterales de matar desde una oficina.

 

3. Pelo

Hay lejos y hay cerca, hay boomerangs de ultratumba y palabras como drones, hay algoritmos y hay pelos. El vendaval que se llevó puesta a la Selección Nacional de Rugby esta semana tuvo un poco de todo eso. Alejandro Bercovich habló en su editorial del martes del “efecto Maradona”; podría ser un caso extremo del meme “fua el Diego”, que en menos de d10s días convirtió al ídolo en milagrero. Tan tranquilitos estaban Los Pumas en su frasco de meritocracia y valores en inglés; apenas Dicky del Solar se burlaba un poquito de ellos. Con todo lo que 2020 nos tiró por la cabeza, casi habíamos olvidado el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, en enero, por una pandilla que lo pateó hasta matarlo al grito de “negro de mierda”, porque sí, porque no les gustaba su cara. Y entonces se vino a morir Diego, y entramos en un estado de conmoción y emoción colectiva pocas veces visto. No es delito conmoverse poco, ser pecho frío, pero el “homenaje flojo” de Los Pumas a Maradona fue la hendija en la que anidó y creció un malestar informe, casi una acusación, ligada a no sintonizar con las emociones del pueblo. Un problemita de pathos. Y fue eso lo que abrió la caja de Pandora del pasado. 
Nadie resiste un archivo, pero hay que decir que los tuits de los rugbiers Pablo Matera, Guido Petti y Santiago Socino son realmente fuertes. Me impactó la fijación con los pelos: “El odio a los bolivianos, paraguayos, etc nace de esa mucama a la que una vez se le cayó un pelo en tu comida”. Lo leo otra vez: el odio nace de la mucama. “Voy a rapar a la mucama la puta madre”. Como si no pudieran soportar ningún rasgo de humanidad de quien trabaja para ellos; como si prefirieran robots. Bien mirado, es una linda aspiración para el futuro: trabajo digno para todes, y andá a putear a las máquinas. O servite la comida vos.

 

4. Aporofobia

Perdón que insista: “bolivianos, paraguayos, etc”. Ese “etc” me fascina. Es la clave de hasta qué punto Matera escribía para alguien a quien imaginaba tan afín que podría completar esa enumeración, que él dejó implícita por considerarla obvia.
Victoria Donda, titular del INADI, dijo que “el racismo sí anida en Argentina”, y habló de xenofobia. Es cierto que en los tuits se denigra a negros y judíos (la misma palabra “denigrar” denigra a los negros). Pero racismo y xenofobia no bastan para explicar el “etc”.
Entra ahí la noción de aporofobia, que circuló en estos días: “fobia a las personas pobres o desfavorecidas”, según la RAE. Fue incorporada al diccionario en 2017, siguiendo al Senado español, que había incluido la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal. Poco después fue elegida “palabra del año” por la Fundación Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y el Banco BBVA. La definieron como “miedo, rechazo o aversión a los pobres”.
Fue acuñada por la filósofa española Adela Cortina en 1995, en una nota publicada en ABC Cultural. “Creo que es un tipo de fenómeno al que hay que poner un nombre, igual que a los huracanes y ciclones porque dicen que cuando se le pone un nombre, la gente lo reconoce y puede precaverse frente a ellos”, dijo Cortina, quien en 2017 publicó el libro Aporofobia, el rechazo al pobre. Allí dice: “No repugnan los orientales capaces de comprar equipos de fútbol o de traer lo que en algún tiempo se llamaban ‘petrodólares’, ni los futbolistas de cualquier etnia o raza, que cobran cantidades millonarias pero son decisivos a la hora de ganar competiciones”. […] “Las puertas se cierran ante los refugiados políticos, ante los inmigrantes pobres, que no tienen que perder más que sus cadenas […]  ante los mendigos sin hogar, condenados mundialmente a la invisibilidad”. […] “El problema no es entonces de raza, de etnia ni tampoco de extranjería. El problema es de pobreza”.
Por no decir, con palabras del siglo XIX, de odio de clase. 

 

5. Timnit Gebru

Algo huele mal también en Google. El jueves la compañía echó a Timnit Gebru, co-líder del equipo de inteligencia artificial ética, que trabajaba para reducir los sesgos algorítmicos que profundizan las desigualdades sociales preexistentes. En plenas vacaciones, recibió un correo que le decía que su trabajo terminaría ese mismo día, y ya no tuvo acceso a sus cuentas corporativas. Gebru, nacida en Etiopía, egresada de Stanford y muy respetada en el ámbito académico de la inteligencia artificial, era una de las pocas mujeres negras de Google (el 1,6% del total, según el reporte de diversidad). Había escrito un correo a sus compañeres del proyecto Brain diciendo que no se esforzaran por escribir papers para corregir los sesgos algorítmicos que perpetúan las desigualdades, porque no servirían para nada. Gebru estaba frustrada por el rechazo sin explicaciones a uno de sus trabajos, así como por una larga serie de maltratos e intentos por silenciarla, según contó en Twitter
“Tu vida empeora cuando empezás a abogar por personas con baja representación; empezás a alterar a otres líderes (…). No hay manera de que más documentos o más conversaciones logren nada”, decía en su correo. Este mensaje fue considerado “inapropiado para el personal jerárquico” y dio pie (o excusa) al despido.
Más de 1500 empleades de Google y casi 2200 personas de la academia, la industria y la sociedad civil firmaron la carta “Standing with Dr. Timnit Gebru y la difundieron con los hashtags #ISupportTimnit #BelieveBlackWomen”.
 “Es grave que las empresas que controlan gran parte de las herramientas que usamos de internet expulsen a una de sus pocas y más importantes defensoras de ética”, dicen desde el Observatorio de Datos con Perspectiva de Género
La carta de apoyo demanda a Google transparencia en las decisiones de IA, argumentando que es una cuestión de interés público y que debe haber una rendición de cuentas pública. Pero no te preocupes: solo te concierne si usás algún producto de Google. 

 

6. Matria

“¿Jura por la Matria y su honor ejercer con dignidad su profesión?”, preguntó Arturo Tascheret, decano de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, a Ana Gabriela Blanco, a través de Zoom, el viernes 27. “Sí, juro”, dijo ella. “Si así no lo hiciere, que su honor y la Matria se lo demanden”, cerró el decano. 
“La mayoría [de los juramentos] eran en base a la religión católica, y en base a un término de patria que me hace muchísimo ruido”, dijo la graduada. “Justamente el lenguaje está para construirlo en comunidad, en base a lo que cada uno vaya proponiendo. En ese intento por reivindicar lo que nos rodea y repensarme como persona, mi entorno y antepasados, se me ocurrió tachar la palabra patria y cambiarlo por Matria, que es un concepto que tiene un trasfondo para resaltar el protagonismo que tuvieron las mujeres en la historia”. 
Fue un efecto dominó: “Automáticamente muchas egresadas y muchos egresados quisieron jurar por la Matria también y, de hecho, lo hicieron de manera simbólica”, afirmó una fuente universitaria a La Nación. Esto sentó un precedente: ahora jurar por la Matria es la “fórmula E”.
La universidad difundió un comunicado: “Celebramos como conquista poder dar la discusión institucional y académica en torno a mandatos hegemónicos instituidos, de dar la posibilidad de incluir fórmulas que evidencien otras perspectivas, cosmovisiones, fundamentalmente las de minorías, disidencias o sectores socialmente invisibilizados o excluidos. Consideramos necesario reflexionar constantemente sobre la construcción social de las palabras respecto de su alcance en la generación de sentidos”. 
A mí me sorprende más que el juramento tradicional haya durado tanto. Mi mamá cuenta que en 1973, durante el breve rectorado de Rodolfo Puiggrós en la entonces Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, se escuchaban juramentos “por Evita Montonera”, entre otros. 
Canta Caetano Veloso en “Língua” (Velô, 1984): 
“E eu não tenho pátria, tenho mátria
E quero frátria”

 

7. Neoconcebido

“Los conocimientos científicos sobre el neoconcebido en su primera fase de existencia unicelular nos permiten tener la certeza de que se trata de un nuevo ser humano, diverso y distinto de sus padres”, dijo el jueves en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados el ex ministro de Salud de San Luis, Marcelo Riera, en el marco del debate por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “El neoconcebido es un sujeto irrepetible de la especie humana”.
Esta idea del “neoconcebido”, incluso “unicelular”, como sujeto no es nueva. En la monografía “Derecho a la vida, derecho fundamental”, de Fernando Chomali, profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2007) se cita: “El neoconcebido tiene una propia y bien determinada realidad biológica: es un individuo totalmente humano en desarrollo, que autónomamente, momento a momento, sin ninguna discontinuidad construye la propia forma siguiendo, por intrínseca actividad, un diseño proyectado en su mismo genoma”. La referencia es Serra, A., “II neoconcepito alia luce degli attuali sviluppi Delia genética umana”, en Fiori, F., Sgreccia E., L’aborto. Riflessioni di studiosi cattolici, Milano 1975. Claro que hecho el argumento sobre el neoconcebido, hecho el meme: aquí piensan en Neo, el de Matrix.
Apuntaba Nora Cortiñas en 2018: “A la iglesia no le importó que [durante la dictadura] a una mujer embarazada, para torturarla, le pusieran una cuchara en la vagina, y ahí apoyaban la picana. Destrozaban ese feto que ellos hoy defienden con tanto ardor. Y provocaron abortos”.

 

8. Hakim

Alejandro Ariel Hakim ayudaba a nacer: era el jefe de obstetricia del Hospital Ramos Mejía, un establecimiento público en Once, ciudad de Buenos Aires. Hace unos días lo habían elegido presidente de SOGIBA, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires.
Murió el jueves, en el Día del Médico, a los 59 años, en plena calle, de un infarto, mientras marchaba por condiciones laborales dignas. 
Cuenta Infobae: “La protesta había sido convocada para las 9:30 de la mañana por la Asociación de Médicos Municipales bajo el lema “Si somos esenciales, que nos paguen como esenciales”, y en rechazo a la paritaria que anunció el gobierno porteño que preveía un 5% de aumento para lo que resta de 2020 y un 10% escalonado para 2021.”
Dijo en Twitter @lapoligriya: “Los médicos del GCBA tenemos los salarios congelados desde 2019. Larreta nos ofrece un 15% de aumento y en cuotas. Con eso no llegamos ni a cubrir la canasta básica. Hakim murió gritando #ParitariasDignasYa”.

 

9. Amazon/as

Según el informe anual del sistema Prodes de monitoreo del Amazonas, generado por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil, el Amazonas brasileño perdió 11.088 kilómetros cuadrados de selva entre agosto de 2019 y julio de 2020. Esto equivale a 54 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires o media provincia de Tucumán. Es una pérdida récord desde 2008, que se concentró sobre todo en los estados de Pará, Mato Grosso, Amazonas y Rondonia. 
Mientras tanto, Amazon -la compañía- no para de crecer. Según reportes del tercer trimestre del año, triplicó sus ganancias en la pandemia. Su dueño, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, aumentó su fortuna en 13 mil millones de dólares en un solo día, el 20 de julio. Esta semana se anunció que la división Amazon Web Services (AWS) ofrecerá Panorama, un dispositivo de hardware que convierte cualquier cámara en un dispositivo inteligente -con visión de computadora- incorporando inteligencia artificial. Esto permitirá automatizar la vigilancia; por ejemplo, una empresa podrá chequear si su personal usa correctamente los barbijos o si respeta la distancia social, entre otros usos. “Con AWS Panorama, usted puede automatizar tareas que tradicionalmente requerían inspección humana para mejorar la visibilidad de potenciales problemans”, dice el texto promocional

 

10. Reparabilidad

El jueves 26 hubo una buena en el Parlamento Europeo: se aprobó el marco comunitario “Hacia un mercado único más sostenible para las empresas y los consumidores”, que propone un paquete de medidas para estimular la la economía circular, la reparación y la durabilidad de los productos. Técnicamente, es una serie de recomendaciones a empresas e instituciones, y un pedido a la Comisión Europea: que legisle efectivamente el derecho a reparar. Pide que “se desarrolle e introduzca un etiquetado obligatorio para proporcionar información clara, inmediatamente visible y fácil de entender a los consumidores sobre la vida útil estimada y la capacidad de reparación de un producto en el momento de la compra”, entre muchas otras medidas. Se busca que las reparaciones sean “más atractivas, sistemáticas y rentables, ya sea ampliando garantías, proporcionando garantías para las piezas reemplazadas o mejor acceso a la información sobre reparación y mantenimiento”. 
Francia picó en punta: a partir de enero de 2021, será el primer país del mundo en exigir una etiqueta con índice de reparabilidad del 1 al 10 en lavarropas, celulares, computadoras, televisores y máquinas de cortar pasto. El objetivo es crear competencia por lograr productos más reparables.
Es una gran noticia para los colectivos de consumidores, activistas por la economía circular y contra la obsolescencia programada, que llevan décadas de Repair cafés y clubes de reparadores (el de Buenos Aires volvió hoy, con un pic nic de auto-reparación <3). Con optimismo, podemos verlo como un punto de inflexión en el camino a lo que Mario Pansera y Mariano Fressoli llaman “innovación sin crecimiento”: volcar saberes, tecnologías y fondos ya no al ciclo “destrucción creativa” del capitalismo, que lleva a descartar para crear nuevos mercados, sino a una ética del cuidado de las personas, los recursos y la naturaleza. Ojalá.
“Repara con cuidado. Mientras lo haces, piensa en reparar el mundo”, dice Yoko Ono en Mend Piece.