1. Anarchivismo

“Anarchivismo es un neologismo que designa el des-ordenamiento de –o la voluntad de desordenar–un sistema clasificatorio en el que hoy se realiza, de manera sutil pero eficiente, la dominación”, dice Pablo Aravena Núñez en su reseña de Anarchivismo. Tecnologías políticas del archivo, de Andrés M. Tello (de 2018, llegué ayer por esta charla entre Tello, Daniel Link y Diego Bentivegna). Este fragmento circula online (¿la contratapa?): “El anarchivismo es la pesadilla del orden actual. Los aparatos gubernamentales y la banca internacional, los servicios de inteligencia y las agencias de seguridad, las empresas de software y las compañías transnacionales, los grandes inversores y la ciudadanía dócil, todas ellas, todos ellos, yo mismo, parecemos trazados por el pincel de Goya soñando con la organización político-económica de los registros. (…) Esta pesadilla recorre la historia occidental desde mucho antes que las tecnologías de archivo buscasen organizar la red informática mundial. Por lo tanto, habría que precisar: el anarchivismo es la pesadilla de todo orden social que se pretenda vigente, en una época y en un lugar determinado”. 
“Todas nuestras existencias son archivadas por el Estado, estableciendo unas marcas de archivación que hemos ido asimilando como los momentos de lo que podríamos llamar nuestra ‘verosímil vida’”, dice Aravena Núñez. “Nosotros mismos venimos contribuyendo (si no deseando) a la archivación de distintos momentos de nuestros trayectos cotidianos”. Cierra: “Si el anarchivismo es fundamentalmente la actividad de desordenar, desclasificar, compartir, liberar el acceso a todo y de todo lo archivado, me atrevería a proponer la práctica de la archivación como posibilidad de acceso a la diferencia del pasado en un tiempo en donde el pasado se apila, pero sin recurso a la historia ni la memoria”. 
Arañando las cuatrocientas palabras, pienso si, como sugirió Graciela Goldchluck, no estaré intentando algo por el estilo. No sé si archivo o anarchivo.
 

2. Deadname

Me queda rebotando lo de “verosímil vida”. ¿Qué hace verosímil a una vida? ¿Verosímil para quién?
Desde hace 85 días se busca a Tehuel de la Torre (N31P06), un joven trans que salió a buscar trabajo y nunca volvió. Mientras organizaciones de derechos humanos reclaman que se busque a Tehuel (“como si fuese cis”, decían algunes desencadenando otra polémica), la policía de Salta encontró los restos de otro joven trans desaparecido, Santiago Cancinos. Parece que en Argentina hay huesos de jóvenes bajo cada piedra. “Aparecieron los restos óseos de Santiago Cancinos, el varón trans desaparecido hace 4 años en Salta. Nunca lo buscaron realmente porque pensaban que se había escapado. Hoy los medios que difundieron la noticia no respetaron su identidad y lo comunicaron con su deadname”, tuiteó ayer Paula E. Lo leí y me dio vergüenza no haber conocido antes esta palabra. La veo fuertísima; todavía más, para hablar de una persona muerta. Y muchísimo más si tras su muerte tampoco se respeta su identidad como quiso.
La pongo en el buscador de Twitter y encuentro una catarata de tuits que no tienen que ver con Santiago, sino con otras tantísimas personas. Entre ellos este: “soy un chico soy un chico dejad de tratarme con pronombres femeninos odio eso se siente horrible soy un chico y mi nombre es alan dios cállaos dejad de llamarme por mi deadname soy un chico, ya basta”. Y entre las respuestas le dicen cosas como “eres un chico súper válido”, “súper válido Alan”, “¡ey, eres el chico más válido del mundo!”. 
¿Qué hace válida una vida? 
La comunidad trans lucha para que sus identidades autopercibidas tengan status administrativo: se archiven. Pienso en aquello de Fogwill de “escribo para que no me escriban”. En esa noción religiosa de “inscribirse en el libro de la vida”. 
Santiago Cancinos tenía catorce años; su causa fue caratulada como “fuga de hogar”. En los diarios, Santiago no tiene quién lo inscriba. Pero el archivo ya no termina ahí.
 

3. Delta

No solo las personas cambian sus nombres asignados al nacer: las cepas de virus también.  
¿Cuántas olas vamos ya? Con esto del desacople de estaciones, nuestro verano su invierno y viceversa, perdí la cuenta. Ahora desde Reino Unido están advirtiendo sobre una tercera ola (¿Pero no había pasado la tercera ola ya? ¿Hace rato? Si hasta ya habíamos hecho el chiste de Serú. ¿Cómo se llama a una ola que se congela en lo alto y nunca rompe? (Hokusai, ok)). 
Esta tercera ola tiene un nombre de agente secreto: variante Delta. Pensé que era una cepa nueva de COVID-19, pero no es más (ni menos) que la B.1.617 triple mutante (N37P04), registrada inicialmente en la India. “Hoy, la OMS anuncia nuevas etiquetas fáciles de pronunciar para variantes de preocupación (VOC) y variantes de interés (VOI) del SARSCoV2”, tuiteó el lunes Maria Van Kerkhove, líder técnica de la OMS para el COVID-19. “Son simples, fáciles de decir y recordar y se basan en el alfabeto griego. No reemplazan los nombres científicos existentes, que seguirán utilizándose en la investigación. Ayudarán con la discusión pública ya que el sistema de numeración puede ser difícil de seguir. Ningún país debe ser estigmatizado por detectar y notificar variantes.” Las cuatro “variantes de preocupación” se renombraron como Alfa (B.1.1.7, registrada en Reino Unido), Beta (B.1.351, identificada en Sudáfrica), Gamma (P.1, detectada en Manaos, Brasil) y Delta (B.1617.2, identificada en la India). 
Y la que está robando cámara es la Delta, que fue subida a rojo en el termómetro epidemiológico del Reino Unido. Ayer el grupo científico Independent SAGE declaró que se está expandiendo rápidamente en el país (3 de cada 4 casos), que es más contagiosa (50 a 70%), que causa más muertes y hospitalizaciones (casi el triple, aun entre la población que ya fue vacunada con una dosis), y que no creen prudente abrir todo el 21 de junio como estaba previsto. 
La variante Delta se encontró en Argentina el 10 de mayo y en Brasil el 20. 
 

4. Escape inmunológico

Qué nombre para banda punk, ¿eh? Lo que más me asusta de la variante Delta -a mí, especialista en nada- es el detalle de que aumenta las hospitalizaciones aun entre personas vacunadas con primera dosis. Es decir, que tiene escape inmunológico o antigénico: que “el sistema inmunológico de un huésped, especialmente de un ser humano, es incapaz de responder a un agente infeccioso, o en otras palabras, que el sistema inmunológico del huésped ya no es capaz de reconocer y eliminar un patógeno como un virus”, dice la Wiki. Parece que en cada mutación (N27P10) el SARSCoV2 se hace más resistente. “Una nueva amenaza potencial: variantes que podrían eludir la respuesta inmunitaria humana. Estos ‘escapes inmunológicos’ podrían significar que más personas que han tenido COVID-19 siguen siendo susceptibles de reinfección, y que las vacunas probadas pueden, en algún momento, necesitar una actualización”, avisaba la revista Science en enero.
“Hay pruebas emergentes de la reducción de la neutralización de algunas variantes del SRAS-CoV-2 por parte del suero postvacunación; sin embargo, se requiere una mayor comprensión de los correlatos de la protección para evaluar cómo esto puede afectar a la eficacia de la vacuna”, dice este paper que publicó Nature el martes.
“La variante Delta es tan mala para la neutralización de anticuerpos como la variante Beta #B1351 de Sudáfrica. La primera dosis sola tiene un efecto muy pequeño – se necesitan 2 dosis, pero es más débil contra Delta”, tuiteaba ayer Eric Feigl-Ding. En este hilo muestra gráficos tomados de un estudio publicado el miércoles por The Lancet que ilustran cómo baja la neutralización del virus de las vacunas ante la variante Delta. 
¿Por qué siguen abriendo en el Reino Unido? “Abrir es popular. Los muertos no votan”.
Así que con calma y regulando la energía. 
 

5. Socavón

Mientras tanto en México se abrió la tierra. En la comunidad de Santa María de Zacatepec,  municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, se abrió un tremendo agujero en el medio del campo, de unos cien metros de diámetro y 20 de profundidad. Lo llaman “socavón”, y nadie sabe bien a qué se debe. El viernes temprano, se tragó la tapia de una casa cercana; la familia que vivía allí fue reubicada por el municipio.
““Ese es un cráter, no es socavón”, le dijo el campesino Alfonso Cuautle Tapale a El Universal. Como el cráter de Siberia (N02P01). Su hipótesis es que el agua que corre por debajo proviene del volcán Popocatépetl o el Iztaccíhuatl. Coincide con la de 
Carlos Miguel Valdés, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, que dijo que la zona, por ser cercana al volcán Popocatépetl, está formada por depósitos de material del volcán que son cenizas, materiales finos, que tienden a desestabilizarse cuando se remueve agua del subsuelo.
“El Cenapred (Centro Nacional de Prevención de Desastres) ha determinado que es altamente posible que el origen del socavón se encuentre asociado a la presencia de flujos de agua subterránea”, anunció ayer la Coordinación Nacional de Protección Civil del Gobierno de México.
¿Por qué se movería el agua? “Es importante analizar las condiciones geológicas y extractivas de agua de manera regional. ¿Qué impactos negativos acumulativos afectan entre Huejotzingo y Juan C. Bonilla?”, tuiteó el Observatorio Ciudadano del Instituto de Gestión, Administración y Vinculación Municipal. El tuit muestra cuadros que listan 52 concesiones vigentes para la extracción de agua en los dos municipios. “Los permisos incluyen la Ciudad Textil, diversas industrias, embotelladoras de agua, dos refresqueras, constructoras, inmobiliarias y particulares, uso agrícola y de servicios público urbano”, detalla.
Puebla está sufriendo una sequía. Comunidades nahuas están denunciando que la embotelladora Bonafont, de Danone, está sobreexplotando el agua de la región.
 

6. Normalistas

No es la única fisura que se ahonda en México.
Normalistas son quienes estudian para ser maestras y maestros. Al menos, en México; en Argentina nunca escuché la palabra, aunque sí tenemos escuelas normales (ni pensar en por qué se llamarán así). Desde 2014, la palabra remite además a una tragedia: la de les 43 normalistas de Ayotzinapa, que desaparecieron en la noche del 26 de septiembre de 2014 en un episodio que involucra a policías del estado de Guerrero y militares. El presidente López Obrador prometió al asumir que haría justicia, pero 40 normalistas permanecen desaparecides y casi no se avanzó en la investigación.
La palabra volvió a sonar esta semana -en realidad, todo el último mes. El lunes la policía de Chiapas reprimió a manifestantes que pedían la liberación de normalistas de la escuela normal rural de Mactumactzá. El martes las movilizaciones llegaron a Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas. El jueves, a la Ciudad de México. Recién entonces les normalistas que estaban en prisión fueron liberades (pero siguen acusades de motín, pandillerismo, robo con violencia, daños y ataques a la vías de comunicación). Todo esto, en la previa de las elecciones de este domingo 6 de junio. 
Les normalistas de Mactumactzá estaban en las calles desde el 11 de mayo para pedir ¿qué? Que los exámenes de ingreso a la escuela fueran presenciales (N24P09). La mayor parte de les aspirantes viven en comunidades rurales donde escasean las computadoras y el acceso a internet. El 18 de mayo bloquearon una ruta de entrada a Tuxtla Gutiérrez. La policía les desalojó y detuvo a 95, 71 mujeres (muchas denunciaron violencia sexual). El conflicto escaló: secuestraron vehículos y quemaron oficinas; hubo más represión.
“Lo que sucede en Mactumactzá no únicamente sucede ahí, ni comenzó a suceder ahora. (…) las violencias que ejerce el Estado contra normalistas que defienden el derecho a la educación no ha parado”, dice Alejandra Argüelles en Animal Político. Coyunturas de la brecha digital.
 

7. Nestlé

Esta semana hubo Nestléleaks. El Financial Times difundió datos de un reporte interno de Nestlé donde se reconocía que el 63 por ciento de lo que vende (excepto algunos rubros) no “alcanza la definición de saludable” según el sistema de calificación alimentaria de Australia, y que algunas de sus categorías de productos “nunca serán saludables”. Nestlé es la empresa de alimentos más grande del mundo, con más de 90 mil millones de dólares anuales en ventas.
Según estos datos, la propia compañía reconoció que el 70 por ciento de los alimentos que vende, el 96 por ciento de las bebidas y el 99 por ciento de los helados y postres no alcanzan las 3,5 estrellas del sistema australiano, necesarias para declarar a un producto aceptable. Entre los alimentos con peor performance están la pizza de la marca DiGiorno y el panini pepperoni de la marca Hot Pockets, que tienen casi el 50 por ciento de la cantidad de sodio recomendada por día. Estos dos productos lideraron las ventas de la empresa en 2020, en el contexto de la pandemia. Después del escandalete, representantes de la empresa dijeron que están trabajando en su portfolio para hacerlo rico y saludable. 
Mientras leía sobre esto me golpeó como un rayo la certeza de que el nombre Nestlé debía venir de nest (nido, en inglés) más lait (leche, en francés). Pero resulta que no: que viene nomás de su fundador, Henri Nestlé. Claro que en suabo Nestle significa Nido, y de ahí la marca de la leche, que fue el producto fundacional: en 1867 desarrolló “alimentos para lactantes a base de leche”, y poco después, “harina lacteada”. 
En Argentina seguimos esperando una ley de etiquetado frontal que obligue a señalar qué productos tienen exceso (N05P03) de azúcar, sodio o grasas, como para saber si estamos por comer un alimento o un OCNI (N12P09). 
 

8. Lapicera

El martes, en medio de una audiencia judicial, el acusado se clavó una lapicera en la garganta. Como estaba en una jaula, los policías tardaron unos minutos en encontrar las llaves, sacarlo y llevarlo al hospital (tres segundos de video para no dormir). El personal médico le salvó la vida; eso no quiere decir que esté fuera de peligro.
Se llama Stepan Latypov, o Sciapan Latypau, en bielorruso. Tiene 41 años y está preso desde el 15 de septiembre en una cárcel de Minsk. Lo acusan de haber coordinado una protesta contra Lukashenko, el presidente de Bielorrusia, a través de Telegram; de resistirse al arresto y, atención, de haber creado un taller de producción de símbolos de la oposición (UN TALLER DE PRODUCCIÓN DE SÍMBOLOS). Inmediatamente antes de clavarse la lapicera en el cuello, había dicho que la policía lo había amenazado con abrirle causas judiciales a sus parientes y vecinos si no firmaba la confesión que le acercaban. 
En Minsk está preso también Roman Protasevich, el periodista editor del canal de Telegram Nexta (N39P07). Protasevich fue secuestrado (con todo su avión de RyanAir) cuando volvía a Vilnius desde Atenas, donde había escuchado una charla de Svetlana Tijanóvskaya (N12P05), otra opositora en exilio. 
En 2010 estuve en Vilnius de couchsurfer y paré en la casa de un grupo de estudiantes  bielorruses. Me dijeron: En Bielorrusia todavía existe la KGB. Lukashenko llevaba 16 años en el poder. 
 

9. Extubada

Tuiteaba el lunes Sol Despeinada: “Me puse a escuchar audios que mandé recién extubada”. 
Extubada es otra de esas palabras que saltan del ámbito médico a la vida cotidiana, como intensivista (N01P01), barbijo (N18P05), saturómetro (N33P07) o comorbilidades (N39P02). Con una pequeña, mínima diferencia: extubada describe una acción de salida, de regreso. Fundéu / RAE dice de extubar, desintubar o desentubar:  “Según el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina es ‘retirar un tubo o una cánula previamente insertados en un conducto, en un órgano hueco o en una cavidad orgánica’”. Una acción médica de retirada, un módico movimiento hacia la deshospitalización. Que, además, en estos días es poco frecuente: hemos escuchado hasta el hartazgo decir que ocho de cada diez personas que se entuban por COVID no sobreviven.
El jueves, en una reunión de la escuela por Zoom, escuché decir “cuando volvamos a la nueva normalidad”. Me pareció un acierto: no veo que haya dónde más volver que a lo nuevo. El pasado es tierra arrasada, se lo comió el socavón. No se ve muy claro nada, pero quizás haya luz al final del tubo.
 

10. Cuatrocientas

No todos los días se cumple 40. No van a entrar todas las palabras así que elijo algunas, en orden: 
De nazi. Ecocidio. Intensivista. Tos. Coronacoaster. Anadiego. Cráter. Cli-fi. Zoombombing. En. Narintón. Veredear. Ciudad cuidadora. Progretariado. Inshallah. La pucha. Aotearoa. Neuroderechos. Burbujas. Trumplessness. Excel. Glück. E-chori. UTC. Artsaj. Refuturizar. Jallalla. Amongusea. Comunalizar. Membina semula. Allhalloween.  Elle. Ayudadores. NotMilk. Jacarandá. Sexnología. Cannabicultores. OCNI. Cianobacterias. Colapsología. Neo-operaísmo. Kajillionaire. Murió. Feministómetro. Desborde. Ex país. Zarpe. Aporofobia. Reparabilidad. Poroteo. NQH20. Rezonificación. Googleclipse. Virtual. Mutearse. Negrito. QAnon. Desplataformización. Nocturnidad. Mutación. Veintisietemilseiscientosdiez.  Impeachment. Africanizado. Navalny. Descarbonización. Gamestonk. ChubutAGUAzo. Yaku. YInMn. Antipánico. Plandemia. Semivacunado. Criptodólares. Presencialidad. Infomaterialidad. Turnera. Vacunagate. Feminazi. Marte. Estratégicos. Desvirgada. Mía. Honestismo. Islamizquierdismo. Antiedadismo. De color. Negra. Quilombo. Tapeho che retãgui. Accedimos. Criptocoleccionables. Memeconomy. Blanca. Marrona. Chineo. Terricidio. Pobrismo. Enfriamiento social. Aerosoles. Covidiota. Marielle. ʻOumuamua. Temita. Paraquat. Blockclock. Ever Given. Fagradalsfjall. NFTDP. Jamsín. Barrito. Muon.  Prepandemia. Abrazemia. Neuroimplantes. Sofagate. Tupananchiskama. Saturómetro. Metaverso. Darnella. Líridas. Covinvicta. Coinfección. Parosmia. Streamer. Memecoin. Criptoballenas. Homoploutía. Retrónimo. ESMAD. BILF. Nandí verá. Zhurong. Tecnodiversidad. Primera línea. Al Jalaa. Mtoto. . Apartheid. Wallmapu. Porteñocentrismo.  Vesak. 
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