1. Pimpinelismo

Como se suele decir: yo no elegí nacer en Argentina, solo tuve el privilegio. 
“Hay quienes hablan de pimpinelismo de Estado”, dijo en el prime time del miércoles el politólogo Andrés Malamud, entrevistado por Luis Novaresio en Dicho Esto, por el canal A24. Un rato antes, a las 16.30, Federico Martelli, secretario general del Movimiento de Unidad Popular, había dicho algo muy similar por Radio10, en diálogo con Juan Di Natale: “Mientras nosotros estamos en este pimpinelismo de estado afuera está la gente que la está pasando mal”.
El mismo Malamud dio la fuente de la frase al aire, y la reiteró por Twitter: “Crédito a los creadores @PabloTouzon  y @zapatafederico”. Y linkeó a una nota en Revista Panamá
Aquí el origen del hit: “La sociedad percibe que la ‘lógica’ central de la coalición de gobierno es básicamente una lucha de facciones. Una interna a cielo abierto, un ejercicio de fagocitación interna que remeda a un ‘Pimpinelismo de Estado’ en el marco de una de las peores crisis que los argentinos recuerden. El Frente de Todos jugando al TEG, mientras el país se desarma, con la sociedad de espectadora.”
La nota de Touzón y Zapata salió el martes 14, un día antes las renuncias declinables de medio gabinete, dos días antes de los audios “filtrados” y la carta de la vicepresidenta. Una palabra guía, o guión, en un país afecto a las escenas.
El dúo Pimpinela, mientras tanto, vende entradas para su gira 40 Aniversario. Las primeras fechas serán en Phoenix, Arizona; Chicago, Illinois; y San Antonio, Texas.
 

2. Etc

“También estoy convencida que será imposible solucionar los problemas que dejó el macrismo de bajos salarios, altísima inflación, endeudamiento vertiginoso con acreedores privados y la vuelta del FMI con un préstamo de 44 mil millones de dólares, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc… votando al macrismo o votando sus ideas”, dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el anteúltimo párrafo de la carta que difundió el jueves.
Etc, etcétera, del latín et cetera: “y lo demás”. Eso que vos sabés, iatúsabe, yada yada yada.
Todas expresiones muy útiles para hablar con gente próxima, con la que funcionan los sobreentendidos. No tan prácticas cuando hay que explicitar: en los exámenes, en las sentencias legales, en todo texto en el que el malentendido sea un peligro inadmisible. Es arriesgado confiar en que siempre cualquier otre llenará los blancos del mismo modo que une. Es casi como conceder que solo se le habla a quien coincide.
Y todo lo demás también: quemando el pasaporte con rabia.
 

3. Criaturas

“Las etapas de la vida no son las mismas en la pobreza más dura que en la pobreza intermedia, y ni que hablar en las clases medias. En las clases medias la adolescencia dura prácticamente hasta que el joven así lo desea. Se prolongan todas las etapas: el chico es chico un montón de tiempo, después es adolescente un montón de tiempo, y después es joven un montón de tiempo. La clase media siempre se siente joven para irse de la casa, cada vez se va más tarde; se siente joven para casarse, y cada vez se casa más tarde; y se siente joven para tener hijos, y cada vez tiene hijos más tarde. (…) Esa es la dirección del mundo más rico, pero en las clases bajas nunca pasó. El pibe, a los doce, trece, catorce años, ya deja de ser parte de las criaturas de la familia. En esto pido que presten mucha atención hace un montón de tiempo, porque en las familias pobres no hay bebé, niño, adolescente, jovencito, adulto. No. En las familias más pobres hay criaturas o hay grandes. Hay criaturas o hay grandes. Entonces, si hay un mango, bueno, primero están las criaturas; si hay para comer, primero están las criaturas; si hace falta comprar algo, primero están las criaturas. Y después están los grandes. El tema es que esta línea, de cuándo dejás de ser criatura, cuándo pasás a ser grande, obviamente es mucho menor que en las clases medias. Y como las medidas suelen ser tomadas por las clases medias, lo que ocurre es que hay un desfase. Entonces vos, para tu familia y para tu entorno, ya sos grande, ya no sos una criatura. ¿Tenés trece, catorce años? Ya está, no pidas nada, rebuscatelá. Ahora, para la sociedad, sos una criatura; no podés trabajar, no podés tener un mango, no podés tener un rebusque propio, porque sos una criatura y deberías estar en la escuela y contenido por una familia. Ese desfase con la realidad que la política argentina no quiere mirar, en algún momento lo va a tener que mirar, porque el resultado es cada vez más marginalidad”. Mayra Arena en La Inmensa Minoría.
 

4. Sistema

El miércoles, Simone Biles, la gimnasta más premiada de todos los tiempos, testificó ante la Comisión de Justicia del Senado de Estados Unidos por el caso de abusos sexuales de Larry Nassar, ex médico del equipo olímpico, y su red de encubrimiento. Otras tres gimnastas también dieron testimonio. 
“Soy una superviviente de abusos sexuales, y creo que las circunstancias que condujeron a mis abusos y permitieron que continuaran son el resultado directo del hecho de que las organizaciones creadas por el Congreso para supervisar y protegerme como atleta (…) no hicieron su trabajo”, dijo. “No quiero que otra joven gimnasta, atleta olímpica o cualquier individuo experimente el horror que yo y cientos de otras hemos soportado antes, durante y hasta hoy, a raíz de los abusos de Larry Nassar. Para ser clara…”. Se le quebró la voz. “Para ser clara, culpo a Larry Nassar, y también culpo al sistema entero que permitió y perpetró su abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos sabían que su médico oficial del equipo había abusado de mí, mucho antes de que yo fuera consciente de su conocimiento. (…) Este es el mayor caso de abuso sexual en la historia del deporte estadounidense, y aunque se ha llevado a cabo una investigación totalmente independiente sobre el manejo del caso por parte del FBI, ni la USAG, ni el USOPC, han sido objeto del mismo nivel de escrutinio. (…) Les pido que su trabajo se guíe por la misma pregunta que se han hecho Rachael Denhollander y muchos otros: ‘¿Cuánto vale una niña?’ Me siento ante ustedes hoy para alzar mi voz para que ninguna niña tenga que soportar lo que yo, las atletas en esta mesa y las innumerables otras que sufrieron innecesariamente bajo la apariencia de tratamiento médico de Nassar. (…) Nos han fallado y merecemos respuestas. Nassar está donde debe estar, pero los que lo permitieron merecen rendir cuentas. Realmente parece que el FBI hizo la vista gorda.”
 

5. Vishnevsky

Lo cuenta Juan Elman en su regreso a Mundo propio, el newsletter de noticias internacionales de Cenital. “Fijate lo que pasó en las municipales de San Petersburgo, Rusia, donde van a competir tres candidatos que se llaman igual y se parecen bastante físicamente. Boris Vishnevsky, a.k.a el verdadero Vishnevsky, del partido liberal Yabloko, denuncia que otros dos candidatos se cambiaron el nombre y el look para confundir a los votantes y dividir el voto”. Only in Russia
“Los políticos de la oposición rusa están acostumbrados a encontrar candidatos oportunistas con apellidos idénticos que se presentan contra ellos para confundir a los votantes en las urnas”, asegura Andrew Roth en The Guardian (en español en ElDiario.Es). Pero alinear nombres y caras es otro nivel. “Vishnevsky ya sabía que dos de sus oponentes se habían cambiado el nombre para llamarse también Boris Vishnevsky, una actualización de la táctica habitual de presentar a un ‘doble’ para dividir el voto y dar la victoria a otro candidato. Pero cuando el domingo se dio a conocer un cartel electoral del distrito, mostró algo mucho más llamativo: tres Boris Vishnevskys casi indistinguibles, todos calvos, canosos y con la misma barba. Como señaló un amigo de Vishnevsky en Facebook, la forma más sencilla de reconocer al verdadero Vishnevsky es que era el único que se molestaba en llevar corbata.”
Según Reuters, la jefa de la Comisión Central Electoral, Ella Pamfilova, dijo que es “una vergüenza, un escándalo”, pero que la ley permite que estos dobles se presenten. 
“Cada vez que hay elecciones decimos que estas son las más sucias que ha habido nunca”, dice Vishnevsky (el original). “Estoy seguro de que también diremos lo mismo en las próximas elecciones”. 
Malkovich Malkovich.
 

6. Aukus

El miércoles, Estados Unidos, Australia y el Reino Unido anunciaron un nuevo pacto de defensa: Aukus. Suena a latín pero es un acrónimo nomás: Australia, UK, US. Según Deutsche Welle, incluye “el apoyo al desarrollo de submarinos nucleares por parte de los australianos, con el objetivo de plantar cara a China en el Indopacífico”, para “reforzar la cooperación en tecnologías avanzadas de defensa, como inteligencia artificial, sistemas submarinos y vigilancia de larga distancia”.
“El anuncio se produce tras las polémicas acciones del gobierno chino en los mares de Asia Pacífico -donde ha construido desde instalaciones turísticas o de uso militar en terreno en disputa con otras naciones, que reclama como propio”, dice la BBC.
Destaca Tomás Aguerre que según Biden los submarinos no tendrán armas nucleares, sino armas “potenciadas por reactores nucleares”. Ok.
China y Australia, socios económicos, llevan años peleando. Entre otras cosas, Australia prohibió el uso de tecnología Huawei en el país. Se complicó cuando el primer ministro australiano, Scott Morrison, pidió una investigación internacional sobre el origen del COVID-19. La BBC habla de “guerra política”.
Para Gran Bretaña, este pacto “podría ser el camino a una ambiciosa Bretaña Global’, dice Emily Tamkin en The New Statesman.
Un vocero chino dijo que este pacto “amenaza con dañar gravemente la paz regional y. e intensificar la carrera armamentística”, lo llamó “una mentalidad obsoleta de la Guerra Fría” y advirtió que  “están dañando sus propios intereses”. A Europa tampoco le gustó: Aukus anula un contrato por el que Francia vendía submarinos a Australia por 31.000 millones de euros. El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, habló de “un tiro por la espalda”; Le Monde tituló “Crisis diplomática entre París y Washington”. Francia llamó a consulta a sus embajadores en Estados Unidos y Australia.
“El futuro del mundo depende de que el Indopacífico sea libre y abierto”, dijo Joe Biden.
 

7. Garelli

El servicio nacional de salud británico (NHS) comenzó el lunes un ensayo masivo para probar la eficacia de un test de detección precoz del cáncer. Alimenta una esperanza grande: identificar más de 50 tipos de cáncer en una etapa muy temprana, antes de que aparezcan los síntomas. Consiste en un análisis de sangre: el análisis de Galleri.
El NHS explica que pueden participar del ensayo todas las personas de entre 50 y 77 años que no hayan tenido un diagnóstico de cáncer en los últimos tres años y vivan en las zonas donde la prueba se realiza.   
La BBC detalla: “Se trata de un sencillo análisis de sangre que busca los primeros signos de cáncer, sobre todo de aquellos que suelen ser difíciles de identificar a tiempo o para los que no existen programas de screening del NHS, como los de pulmón, páncreas o estómago”. Explican que funciona “detectando cambios químicos en fragmentos de código genético -ADN libre de células (cfDNA)- que se filtran desde los tumores al torrente sanguíneo”. 
En Estados Unidos ya se usa: se puede hacer el test y enviarlo por correo. En el sitio oficial aclaran que un resultado positivo no implica necesariamente que la persona tenga cáncer, sino que podría tenerlo y que debe seguir el tema de cerca; del mismo modo, un negativo tampoco es definitivo. Lo venden como una prueba “complementaria” de los métodos diagnósticos existentes. 
El test de Garelli es desarrollado por la empresa Grail, de California, en la que invierten, entre otres, Amazon, Bezos Expeditions, Bill Gates, las farmacéuticas Johnson & Johnson, Bristol-Myers Squibb y Merck, y también el gigante tecnológico chino Tencent.
 

8. Jatimá

Jatimá tová es el saludo judío para Iom Kipur, el Día del Perdón, que se celebró el martes y miércoles de esta semana tembladeral. Es mi frase hebrea favorita: “que seas bien inscripte en el libro de la vida”, o alternativamente “buen sello”, “buena firma”, “buen sellado final”, o “que seas bien inscripte y rubricade”. La idea es esa: que hay un libro de la vida en el que alguien nos inscribe y nos sella el ok. Para que eso pase, una vez al año se para la pelota y se hace un trabajo de reflexión sobre lo pasado, se pide perdón por los errores, se perdona. Y ahí sí, a hacerse firmar y sellar la papeleta de une misme y siga siga con el rifirrafe de la vida. 
Tová es bien, bueno; a jatimá le queda el sello, la firma, la inscripción. Viene de jotém, literalmente firma o sello. Qué cosa el judaísmo con los libros y la(s) escritura(s). Imagino ese libro en el que (nos) inscriben (¿inscribimos?) como un libro de actas, un registro, un expediente (la delgada línea entre inscribir y escribir).
Ese trabajo de introspección -lo primero al empezar el año- se llama teshuvá, retorno: retorno al camino recto de la halajá, la ley judía. “Regresar es retornar al lugar desde donde hemos partido, pero ningún camino es el mismo en su regreso: retornar es revolver, es repensar, es recoger.  Nunca regresamos al mismo lugar”, comparte Emmanuel Taub. “Regresar es un acto de responsabilidad con el mundo y con el prójimo.(…)  En Iom Kipur nos reconciliamos con el mundo en la tarea de su reparación. La redención de este día es la posibilidad de (…) penetrar en la soledad y el egoísmo del ‘Yo mismo’ para transformarlo en un ‘Nosotros’. (…). En Iom Kipur lo que se abre no es el libro de la vida como una posibilidad individual de salvación, sino el libro de la existencia de la humanidad salvada. En el acto solitario del retorno habita la acción comunitaria de redención.”
“Jatimá Tová, la casa está en orden”, tuiteó Nahuel Prado el miércoles, en pleno revoleo de gabinete.
Que seamos bien inscriptes. 
 

9. Mottainai

“Lo vi anoche y lo guardé porque necesitaba poesía”, me dijo Roxana Salpeter el jueves. Y me regaló este tuit de Takahiro Nakamae, embajador de Japón en Argentina, que me llevó a la página de Japan House São Paulo. “’Mottainai‘ (もったいない) puede considerarse una práctica cultural e incluso un principio de vida. Este término, formado por el vocablo budista ‘mottai‘, que se refiere a la esencia de las cosas, y la partícula “nai“, que indica negación en el idioma japonés, se utiliza para transmitir la idea de que el desperdicio y/o el mal uso de objetos y recursos, como los alimentos y el agua, no es bien visto. Esta expresión también se emplea cuando algo todavía se puede aprovechar de alguna manera. ‘Mottainai’ puede significar solo una exclamación “¡Qué desperdicio!”, o sonar como una orientación “No lo desperdicies, todavía se puede utilizar”.
Qué revancha contra Marie Kondo y su individualismo de tirar “todo lo que no te dé felicidad”. ¿Tirar adónde? Ni una vez dice la gurú del orden qué se supone que tenga que pasar con las bolsas de cosas que sacás de tu casa. ¿Se convierten en contaminación, aun cuando alguien las necesite y pueda aprovechar? ¿Cómo no te vas a hacer cargo de tu huella de consumo? Pienso en la Residuoteca de Guadalupe Boado, que desde hace quince años acumula sus residuos para mostrarlos, porque no hay “otro lugar” donde tirarlos.
Sigue la definición de mottainai: “Su concepto va más allá de los desperdicios materiales: puede observarse en la relación entre las personas, con la naturaleza e igualmente con los sentimientos. En este sentido, ‘mottainai‘ consiste en demostrar respeto, valoración y aprecio por todo y por todos quienes nos rodean.”
Me hace acordar a otro concepto japonés, kintsugi, la teoría y práctica de la reparación como arte y embellecimiento.
Valoración y  aprecio, y el coraje que hace falta para enfocarse en la reparabilidad en vez de tirar todo por la borda (porque este barco no tiene borda). Cuestión de ver la belleza de la cicatriz. 

 

10. Descuarentenamiento

Podrán cortar todo el gabinete pero no detendrán la primavera, que está llegando triunfal a Buenos Aires con esos cielos gloriosos que hacen que a esta ciudad se le perdone casi todo. 
Los números del COVID-19, por fin, por fin, parecerían estar bajando, 4.666.334 muertes después. Bajan en el mundo, en la región, en el país y en la ciudad. El jueves las autoridades porteñas anunciaron nuevas aperturas: reuniones sociales sin límites de participantes, bares y restaurantes al cien por ciento de aforo, entre otras. En Pasaron Cosas, Alejandro Bercovich habló de “descuarentenamiento”:  “En la ciudad ya estamos casi como en la prepandemia, ¿no?”
Pero nada vuelve para atrás. “Are you feeling post-pandemic yet?” me escribía sin mala intención una conocida desde Suiza en junio, cuando aquí estábamos en pleno pico de casos y muertes. Para nada, le dije. ¿Quizás ahora un poquito? ¿Será que de verdad aquí viene el sol?
Al googlear “descuarentenamiento”, la primera página de resultados habla de la polilla de la vid. “La declaración de descuarentenamiento o áreas libres implica un logro importante para la producción nacional de vid y arándanos y otorga buenas proyecciones de más fruta, más calidad y más mercados, destacó el Senasa en un comunicado”, dice Ámbito y repiten otros medios. Jerga de la agricultura, porque las medidas sanitarias duras solían ser para los cultivos o las vacas, no para la gente. Recién en la segunda página de resultados aparece en relación all COVID-19, en sitios chilenos. En Twitter sí se liga a la pandemia, pero sobre todo a su inicio. “Veremos que onda el plan de descuarentenamiento de la golpeadísima Italia, puede ser el camino”, dice un tuit del 26 de abril de 2020. Ternura y ganas de llorar. 
Al fondo de la primera página de resultados de Google se coló algo no agrotécnico: esta Transmisión de Descuarentenamiento, de Aerocombi, desde Lima. Tuve que darle play. No esperaba justo esa canción
Cuándo será el día en que puedas tomar de mi copa.