1. Comirnaty

¿Escuchaste alguna vez esta palabra? Yo no. Es un hallazgo de Sonia Jalfin, en su Nota Mental del domingo pasado, en La Nación. “Pfizer contrató una agencia de publicidad dedicada a crear marcas, Brand Institute, que se declara autora del 75% de los nombres farmacéuticos registrados en 2020 en el mundo. Bautizaron a la vacuna como “Comirnaty”, una cruza de los términos covid-19, mRNA (la tecnología que usa la vacuna) y las palabras “comunidad” e “inmunidad” en inglés. Es tan compleja la marca que la difundieron junto al audio de la pronunciación, como hace el traductor de Google, pero aún así no lograron que alguien la use. Las vacunas, como el traductor, le hablan a una audiencia global.”
Desde que empezamos a hablar de vacunas, hará un año, pienso en qué golazo de branding ha sido esto para Pfizer, un laboratorio que hasta ahora, aunque produzca cualquier cantidad de cosas, solía reconocerse como “el del Viagra”.
Sonia Jalfin cita a Eugenia Mitchelstein: “La vacuna del sarampión la tratamos como un commodity, aunque haya variantes”. Y concluye: “En el caso del Covid, nos comportamos como ciudadanos de la era digital: identificamos marcas, las convertimos en hashtag, las agregamos a una foto en el centro de vacunación y la posteamos en caliente.”
 

2. Intercambiabilidad

Otra del covidioma, como dice la RAE, o del coronaceno, como dicen en Bandas Creativas. No es una palabra nueva sino una de esas que de pronto un día están en boca de todes. 
Esta semana en Argentina se empezó a hablar de intercambiabilidad de las vacunas; particularmente, de estudios de intercambiabilidad, que investigan la respuesta del cuerpo a dosis de dos vacunas diferentes. Un artículo reciente de Nature habla de los buenos resultados de mezclar y combinar las vacunas (“mix and match”, como las promos en los shoppings). Se basa en un pre-print (artículo aún sin revisión de pares) publicado en The Lancet el viernes 25, que trae noticias alentadoras sobre la combinación de Corminaty (Pfizer) y Vaxzevria (¡esta es nueva! Astra Zeneca, tan floja en branding como la otra). Sostiene que los datos obtenidos de un estudio “apoyan la flexibilidad en el uso de la vacunación heteróloga de refuerzo”. Esa es otra palabra clave: “vacunación heteróloga” (que es precisamente la que intercambia vacunas). 
Pero hay más: la comisión alemana especializada en vacunas, Stiko, recomendó fuertemente combinar vacunas. Para el caso de la combinación de una dosis de AstraZeneca con una de Pfizer o Moderna, consideró que sería “la mejor protección posible”, incluso mejor que la vacunación homóloga, es decir dos dosis del mismo medicamento. De esta vamos a salir todes inmunólogues. 
 

3. Epsilon

Y sí, era cantado: a, e, i, o, u, ýpsilón. ¡Llegó la nueva variante de preocupación! Alfa, beta, gamma, delta, y épsilon, o B.1427, identificada por primera vez en California en marzo de 2020 y recientemente rebautizada. Ahora dicen que es inmune a la inmunidad: según un estudio publicado en Science, sería resistente a los anticuerpos de las vacunas Pfizer (Comirnaty) y Moderna. 
Para tranquilidad de quienes ya están haciendo chistes, sí, la variante theta también existe, y fue detectada inicialmente en Filipinas.
Tuiteaba ayer Mauricio Corbalán: “Van a seguir encontrando variantes al infinito. Porque el complejo científico está enfocado en eso, en encontrar variantes”.
 

4. Internados

(Mejor no leas esto antes de dormir).
El 29 de mayo se encontraron los restos de 215 menores en una fosa común en la Escuela Residencial India Kamloops, en British Columbia, Canadá. Esa escuela era parte de un sistema de internados a los que se enviaba obligatoriamente a niños y niñas indígenas para “reeducarlos”, creado por el primer Primer Ministro de Canadá, John A. Macdonald, en 1883. Llegó a haber 139, en su mayoría administrados por la iglesia católica. Algunos funcionaron hasta 1996.
El 24 de junio se encontraron otros 751 cadáveres en la Escuela Residencial India Marieval, en Cowessess, Saskatchewan. El 30 de junio, se sumaron otros 182 cuerpos en St. Eugene’s Mission, en Cranbrook, British Columbia. En total, 1112 cadáveres de niños sin identificar. Quedan por revisar 136 internados.
Tras décadas de protestas de “niños perdidos”, en 2008 el gobierno canadiense formó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación. Así se entrevistó a cientos sobrevivientes de estos internados, que describieron abusos y violencias de todo tipo, incluida la prohibición de hablar su lengua o tener contacto con su familia, los experimentos con la alimentación, las palizas y abusos sexuales, las violaciones y el asesinato de los bebés que nacían en consecuencia. Uno de ellos describe a estos internados como “campos de juegos para pedófilos” (no me animé a ver el video). El informe final de la Comisión dijo que Canadá había cometido “genocidio cultural”; aquí su presidente, Murray Sinclair, dice que espera muchos más hallazgos macabros. Justin Trudeu pidió perdón, e intentó que el Papa hiciera lo mismo. No lo logró.
El jueves fue el Día de Canadá; muchos grupos impulsaron la campaña “Cancel Canada Day”. En Winnipeg, manifestantes tiraron una estatua de la reina Victoria y otra de la reina Isabel. Cerca de una decena de iglesias ardieron en Canadá en las últimas semanas, y otras tantas fueron manchadas de rojo. En la catedral de Saskatoon escribieron, en rojo: “We were children”.
 

5. Centros de enfriamiento

Y las iglesias no son lo único que arde en Canadá.
El jueves, el pueblo de Lytton, tres horas al norte de Vancouver, fue arrasado por un incendio forestal. Dos días antes la temperatura había llegado a 49,5 grados, la más alta registrada en la historia de Canadá. La ola de calor afecta a toda América del Norte; solo en Vancouver, se estima que hubo 130 muertes por calor en cuatro días.
Tuiteaba Inti Bonomo el martes: “Refugios refrigerantes. Con la ola de calor que se vive en en América del Norte, han dispuesto estos centros para enfriarse. Estamos creando un mundo de mierda y hay gente que todavía piensa que podemos seguir igual. Ciegos y cínicos”. En el tuit se ve una foto (perdón) distópica: un galpón con gente acostada en camillas para refrescarse. Me viene un recuerdo de una escena de andá saber cuál peli que vi qué sé yo, hace mucho, por la tele: era una especie de estación en el espacio, donde algo andaba mal y hacía tanto calor que el suelo quemaba, y entonces se acostaban sobre frazadas dobladas, como aislante. Llega también un recuerdo más cercano: meterse a un shopping, o a un local cualquiera nomás, en los días de mucho calor en Buenos Aires, para descansar un poquito antes de volver al horno.
El punto es que estos centros de enfriamiento (así los llaman oficialmente en español, como traducción de cooling centers) se están institucionalizando en Estados Unidos y Canadá. Solo en Vancouver hay 25 (y están llenos). Por ejemplo, la PGE Company, que provee de electricidad y gas a parte de California, ofrece recursos para buscar el centro de enfriamiento más cercano. Aquí la lista de Detroit. Aquí, Toronto. Son lugares que se refrescan con aire acondicionado, así que mejor no quedarse afuera, adonde expulsan todo el aire caliente.
El artículo de Wikipedia sobre cooling centers fue creado en julio de 2010, y la referencia más vieja es del mismo año. En su newsletter de ayer, Elisabeth Möhle asegura que estas olas de calor récord son un indicio irrefutable de la crisis climática, y marca esta aceleración con un meme para valientes.
 

6. Ojo de fuego

Esta vez es en serio, esta vez el lobo está acá.
La segunda palabra del tercer diezpalabras (N03P01) fue cráter. La N21P03 fue bomba. La N40P05 fue socavón. Y ahora llega ojo de fuego, con nombre de canción de Spinetta: un incendio en el mar. Sería hermoso si no fuera tan aterrador (videos de cli-fi real aquí y aquí).
No hay mucho para contar, y probablemente ya lo hayas leído: el viernes hubo un escape de gas en un ducto operado por Pemex (Petróleos Mexicanos) en el golfo de México. Lo explican así: “A las 05:15 horas de hoy se registró una fuga de gas en el ducto submarino de 12 pulgadas y la presencia de fuego en el mar, a 150 metros de la plataforma satélite KU-C, localizada en la Sonda de Campeche perteneciente al Activo de Producción Ku-Maloob-Zaap, adscrito a la Subdirección de Producción Región Marina Noreste de PEMEX Exploración y Producción”. Tardaron más de ocho horas en apagarlo.
Esto es todo lo que se sabe por ahora, aunque algo me dice que no será lo último. Mientras tanto, memes: aquí mi favorito.
 

7. Bajante

Otra de agua en el horno. Hace dos semanas, cuando suspendí la edición de diezpalabras, “bajante” estaba en la lista. Estaba también la semana pasada, cuando salió la edición colaborativa (en su lugar, pienso, apareció Viajante). Pero la palabra tiene paciencia y acá estamos. El nivel del río Paraná no deja de descender; está en su marca más baja desde 1884 según los registros de Prefectura (y antes, no sé si medirían). Las aguas bajaron tanto que quedó a la vista la estructura metálica del túnel subfluvial Hernandarias, que une las ciudades de Paraná y Santa Fe. Bajan, el día se sienta a morir, como se ve aquí
La bajante trae infinidad de complicaciones; entre las más directas, se obstaculiza el comercio ya que se limita el transporte fluvial, y millones de personas tienen restringido el acceso al agua potable en Santa Fe, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Formosa. Pero esto no es un problema solo de Argentina: viene de Brasil e influye en media América del Sur. Explica Elisabeth Möhle que es el resultado de la sequía que está sufriendo Brasil, que a su vez se relaciona con la deforestación del Amazonas. En junio se detectaron 2308 focos de fuego. El miércoles Bolsonaro firmó un decreto donde prohíbe las “quemas controladas” en el Amazonas, aparentemente presionado por inversores europeos. Pero no basta con firmar decretos para que la bajante se vuelva creciente. 
 

8. Salmoneras

Me interesa ver en qué momento una conversación sube el volumen. Esta palabra no es nueva, pero hasta el miércoles era de nicho: la manejaban les especialistas en piscicultura, les ambientalistas, la gente de Chile. Y entonces Tierra del Fuego aprobó una ley que prohíbe las salmoneras en el canal de Beagle y le abrió la jaula a la palabrita: el jueves escuchamos argumentos a favor y en contra de la producción industrial de salmón en mares y lagos. A favor, básicamente, que podría generar muchas divisas, y que eso es necesario en un contexto de déficit y pobreza. Y en contra, que es una tecnología obsoleta con pasivos ambientales altísimos, que el escape de salmones de las jaulas podría introducir una especie exótica y desbalancear el equilibrio ecológico en el canal de Beagle, que es una industria con muchos desechos plásticos y químicos; que se abusaría de antiparasitarios y antibióticos contaminantes; que tendría mala interacción con otras especies, incluidas la merluza negra y la centolla, que se exportan; que se puede hacer salmonicultura con procesos más sustentables… Aquí lo explica Gustavo Lovrich, investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), asociado a CONICET. 
Más allá de la ley, me pareció que la conversación pública viraba esta vez, se hacía un poco menos chicanera, más tridimensional. ¿Será esta la primera de muchas palabras con las que discutiremos las formas de producción deseables?
 

9. Agrupadores de pagos

El martes, Mercado Libre envió a miles de clientes un email que se titulaba “Por nueva medida del BCRA: cambios en plazos y tasas de liberación” (apasionante tema para un domingo a la mañana, ¿verdad?). Allí decían: “Mediante una nueva normativa (Comunicación “A” 7305), el Banco Central de la República Argentina extendió los tiempos de liberación de los cobros con tarjeta de crédito que hacés a través de Mercado Pago y otras plataformas similares. En Mercado Pago no compartimos esta decisión, porque creemos que discrimina y perjudica a millones de PyMEs y emprendedores como vos, que venden y cobran todos los días a través de procesadores de pago como nosotros. A raíz de esta medida, nos vemos obligados a modificar las tasas y plazos de liberación de tus cobros a partir del 9 de julio.”
Esa misma tarde, el Banco Central emitió una circular donde dice: “Durante la anterior gestión al frente del BCRA se estableció una figura no contemplada en la ley, la de ‘agrupadores de pagos’ que intermedian entre los comercios y los emisores de las tarjetas de crédito y débito. Estos agrupadores cobran a los comercios porcentajes que llegan a triplicar la comisión establecida por ley (…) Según cuadros comparativos, frente a una comisión de 1,8% que se acordó en el marco de la ley, el principal agrupador de pago percibía una comisión de 3,39% a los comercios, que ahora decidió elevar, atribuyendo este incremento a la norma emitida por el BCRA.(…) La Comunicación A7305 no justifica el incremento de la comisión y, en caso de considerar que se incrementó el costo financiero de la operación, tienen margen para absorberlo sin trasladarlo a los comercios.” 
Al margen del tira y afloje entre el BCRA y Mercado Libre, la categoría de “agrupadores de pagos” (o “procesadores de pagos”, como dice la empresa) blanquea a un (no tan) nuevo actor en el universo financiero. Lo que no tiene nombre no se puede pensar, y mucho menos regular. 
 

10. Aguinaldo

Quizás no se note mucho desde este largo día de la marmota en el que estamos sumergides, pero así como la semana pasada celebramos el solsticio, esta le dimos vuelta la página al año (o él nos dio vuelta). Aquí está el famoso segundo semestre, con todos sus memes de Julio. Y para quienes tengan la fortuna cada vez más infrecuente de contar con empleo registrado, en esta bisagra del año llega también la módica alegría del aguinaldo (al menos en Argentina). 
Me di cuenta de que me resultaba oscurísima la etimología. Dice el Corominas: “AGUINALDO, H.1400. Alteración del antiguo aguinando, de origen incierto, probablemente de la frase lat. hoc in anno “en este año”, que se empleaba como refrán de las canciones populares de Año Nuevo”. Descubro después, en el Diccionario de la Real Academia Española, que se le asigna el significado de “Regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía”, o bien “en cualquier otra ocasión”. 
Veo en la Wiki que en muchos países “existe la costumbre de dar un aguinaldo a los trabajadores en época navideña, en especie (cesta de Navidad) o en dinero. Tiene consideración de una remuneración voluntaria (equivalente a una propina); aunque su arraigada costumbre ha conducido en algunos casos a ser considerada como un derecho adquirido”. Me quedo pensando, porque aunque sé que en Argentina es un derecho constitucional, siempre lo sentí como una suerte de regalo, de privilegio. Quizás porque siempre alterné trabajos formales e informales, y vi entonces la arbitrariedad de disfrutar ese extra.  
Aquí en Argentina hubo algunos antecedentes de formalizar un pago de fin de año en 1910 y en 1924, pero solo se incorporó a la ley nacional de contratos de trabajo en 1946, bajo la presidencia de Perón. Este jueves 1 de julio, mientras leía conmemoraciones por los 47 años de su muerte, descubrí que fue horas después del día de pago del aguinaldo, esa propina convertida en derecho laboral. Brillante.