7. Bajante

Otra de agua en el horno. Hace dos semanas, cuando suspendí la edición de diezpalabras, “bajante” estaba en la lista. Estaba también la semana pasada, cuando salió la edición colaborativa (en su lugar, pienso, apareció Viajante). Pero la palabra tiene paciencia y acá estamos. El nivel del río Paraná no deja de descender; está en su marca más baja desde 1884 según los registros de Prefectura (y antes, no sé si medirían). Las aguas bajaron tanto que quedó a la vista la estructura metálica del túnel subfluvial Hernandarias, que une las ciudades de Paraná y Santa Fe. Bajan, el día se sienta a morir, como se ve aquí
La bajante trae infinidad de complicaciones; entre las más directas, se obstaculiza el comercio ya que se limita el transporte fluvial, y millones de personas tienen restringido el acceso al agua potable en Santa Fe, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Formosa. Pero esto no es un problema solo de Argentina: viene de Brasil e influye en media América del Sur. Explica Elisabeth Möhle que es el resultado de la sequía que está sufriendo Brasil, que a su vez se relaciona con la deforestación del Amazonas. En junio se detectaron 2308 focos de fuego. El miércoles Bolsonaro firmó un decreto donde prohíbe las “quemas controladas” en el Amazonas, aparentemente presionado por inversores europeos. Pero no basta con firmar decretos para que la bajante se vuelva creciente.