1. Tattva

Un tuit trasnochado del lingüista Danny Bate. “Una gran palabra sánscrita: tattva, que significa ‘verdad, realidad’, literalmente ‘eso-idad” [O “eso-tud”, o “eso-eza”: cualquier sufijo sustantivador que sirva para traducir “that-ness”]. “Es el sufijo –tva que funciona como ‘-ness‘ en inglés, mientras que tat es un pronombre / demostrativo que funciona y está relacionado con ‘that‘ en inglés”, aclara Bate. 
En los comentarios al tuit aportan como similar la palabra latina quidditas, traducida al español como “quididad”, de quid, “qué”, que Tomás de Aquino usaba como “esencia, naturaleza”. Además, sugieren comparar tattva con haecceitas, “un concepto que denota las calidades discretas, propiedades o características de una cosa que lo hace una cosa particular”. La definición de la wiki sigue y lleva a “estidad”, “la diferencia individualizadora”. No tan lejos.
 

2. Manosear

“La noche de las PASO me tocó cubrir todo el discurso del gobernador con la mano de un desconocido tocándome con fuerza el trasero. Fue en la Casa de Gobierno. No dije nada y hoy me arrepiento, si hubiera hecho lo correcto, quizás no le hubiera pasado lo mismo a mi compañera”. Asi empieza un largo hlo de la periodista tucumana Mariana Romero. 
”Esa noche, a la conferencia de prensa en Salón Blanco hicieron entrar a muchas personas que no eran trabajadores de prensa. Fanáticos que estaban ahí solo para aplaudir. Cuando el gobernador empezó a hablar, ellos se mezclaron con la prensa. 
Yo sentí que alguien me manoseaba de una manera tan fuerte y descarada que pensé que era alguna de mis compañeras intentando acomodarme algo en el bolsillo trasero. Pero no se detenía. El amontonamiento era tal y yo con las dos manos ocupadas, que no podía darme vuelta.
Al final me liberé una mano y agarré la que me estaba manoseando. Me di vuelta y lo vi, el tipo me miró de frente sin expresión alguna. Yo le tenía la mano agarrada por la muñeca. Lo insulté, pero no creo que me haya escuchado con el discurso atronando por los altavoces. Le solté la mano y me di vuelta, me estaba perdiendo el discurso del gobernador Manzur. Pasé un rato sin problemas, hasta que el tipo me apoyó. Me alejé como pude. Al rato, me puso una mano en la nuca y así terminamos de escuchar el discurso del gobernador.”
Me quedo pensando en la delgada línea entre manosear y tocar, toquetear, acariciar. ¿Dependerá de la intención de quien mueve la mano? ¿De la percepción de quien es tocade? ¿Del consentimiento?
“Esa noche se lo conté a muchos de mis compañeros: ninguno le dio importancia”, sigue Mariana Romero. “Yo tampoco. Lo tomé como anécdotas que uno se trae de la cobertura: uno se tropezó, el otro se trabó, al otro se le escapó el candidato, a mí me manosearon. Cosas que pasan, pensé, pero claro que a ninguno de mis compañeros les pasó tener que cubrir toda una conferencia con una mano en el culo. Cuando digo culo, también digo entrepierna.”
 

3. Manager

“El proyecto de vida de la prostituta Piikara y su novio Hache amenazado por la abolición: ‘Ni todas somos explotadas ni todos los clientes son Torrente’”, titula El Mundo. Y luego: “Hache es su manager. Ordena la agenda de rodaje, gestiona a los clientes, la acompaña a cada trabajo como si hiciera las prácticas del curso de guardia de seguridad al que se ha matriculado, contabiliza los tiempos, prepara la iluminación, organiza los viajes, vigila. También trabaja como teleoperador. Ha sido albañil, músico, barbero y se ha dedicado a montar escenarios. La Ley de Libertad Sexual que prepara el ministerio de Igualdad lo identificaría como un proxeneta. ‘¿Explotada ella? Sólo tiene que poner el coño. A ver quién explota a quién. Yo me encargo de todo. Hasta limpio la casa’, añade”.
 

4. Desconexión

“Portugal prohíbe a las empresas ponerse en contacto con los empleados fuera de horario y exige otras protecciones para el trabajo a distancia”, tituló el New York Times el sábado 13. “Es derecho a la desconexión puro y duro”, asegura Sofía Scasserra, especialista en este tema y principal redactora de la ley de Teletrabajo promulgada en Argentina el año pasado. En el corazón de la medida está proteger la salud mental de les trabajadores y mejorar el balance entre trabajo y vida. La norma fue impulsada por el ministerio de Trabajo, que en Portugal se llama Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social y está a cargo de una mujer, Ana Mendes Gondinho. ¿Casualidad? No lo creo. 
La ley, aprobada por el parlamento portugués el viernes 12, está orientada especialmente al teletrabajo, que creció exponencialmente durante la pandemia. Además de la regulación de las comunicaciones, se establece que las empresas deberán pagar un porcentaje de los gastos de electricidad e internet de quienes trabajen desde sus casas. Y se otorga el derecho a trabajar desde casa -sin permiso especial de sus jefes- a todas las personas con hijes de hasta ocho años. 
“La pandemia ha acelerado la necesidad de regular lo que hay que regular”, dijo la ministra en la conferencia Web Summit. Y mostró que esta norma está pensada también en otros términos:  “Consideramos que Portugal es uno de los mejores lugares del mundo para que estos nómadas digitales y trabajadores a distancia elijan vivir. Queremos atraerlos”. Quizás esté pescando a les protagonistas del Big Quit (N61P02).
 

5. iFixit

El miércoles, la empresa Apple sacó un comunicado de prensa anunciando que a partir de 2022 permitirá y avalará la autorreparación de sus productos (“self service repair”). “Piezas, herramientas y manuales de Apple -a partir del iPhone 12 y el iPhone 13- a disposición de los consumidores particulares”, aseguran. También dicen que pronto estará disponible el servicio para computadoras; que se empezará por los módulos de pantalla, batería y cámara, primero en Estados Unidos y luego en otros países a lo largo del año. Es una revolución. 
Durante décadas, Apple fue el símbolo del hardware herméticamente cerrado. Entre las comunidades de activistas por el derecho a la reparación se sabe que el iPhone no tiene tornillos; si tenés un problema, necesitás ir al service oficial, no importa cuán lejos te quede. Hasta ahora.
La reparabilidad (N15P10) de los productos está entrando en las agendas legislativas; era hora de que las empresas se subieran al tren. Le debemos esto a años de activismo. En particular, el anuncio de Apple viene empujado por el trabajo de iFixit, una organización que promueve la reparación publicando manuales y tutoriales en abierto y vendiendo componentes. Su nombre mismo es un guiño irónico a Steve Jobs  y sus productos. En su manifiesto, que ya lleva unos cuantos años, dicen: “Si no lo podés reparar, no te pertenece”.
 

6. TAREP

Se está discutiendo en el Congreso un proyecto de ley de Envases, con la idea de reducir residuos. El martes obtuvo dictamen en la Cámara de Diputados. “La discusión ahora tiene una sigla que es TAREP: Tasa de Responsabilidad Extendida al Productor, como se llama al 3 por ciento que le cobrarían a los productores de alimentos, de productos de higiene, de todo aquello que use envases si el envase que están usando no fuera reciclable”, explicó ayer por radio Jairo Straccia. Según el proyecto de ley, la recaudación de esta tasa se usaría para financiar sistemas de gestión de residuos.
Las cámaras empresarias están en contra; interpretan la norma como “una mayor carga tributaria”
El secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, dijo: “La responsabilidad recae sobre las espaldas de los productores (…) Ponen en el mercado productos que cuando se convierten en residuos, tienen que hacerse responsables de su reutilización. (…) el proyecto de ley permite que las empresas realicen sus sistemas de gestión aprobados por el Ministerio de Ambiente de modo particular o en su defecto que abonen la tasa. Además hay mecanismos para disminuir o no pagar la tasa a través de proyectos de envases retornables y eco diseño. Hay opciones.” Actuar o pagar: hacerse cargo.
 

7. Niño

“Barracas: un ladrón recibió un balazo en la cabeza tras una persecución y tiroteo”, se decía en los medios porteños el miércoles. El jueves, antes de las 8, el periodista deportivo Gustavo Grabia llevó otra versión a Radio con Vos: las únicas armas eran de los policías, que iban de civil; el baleado era Lucas González, de 17 años, jugador de la sexta división del club Barracas Central. Ernesto Tenembaum entrevistó a su madre, Cintia López. “Lucas salió de entrenar del club Barracas con cuatro compañeros más. Ellos iban a probarse, porque en el club estaban buscando chicos. Fue con amigos de acá del barrio, de Florencio Varela. Los llevó, los acompañó; cuando salieron de entrenar  pararon a comprar un jugo. La señora del kiosco nos dijo que se los veía bien, contentos, estaban escuchando un poco de música. Volvían a sus casas. En ese trayecto, por lo que sabemos, frenó un auto supuestamente con cuatro policías arriba. Ellos pensaron que los iban a asaltar, entonces aceleraron. En ese trayecto que aceleran, le dispararon. Le dispararon a mi hijo. Lucas está mal. El daño fue irreversible. Está en manos de dios mi hijo, lo único que lo puede salvar es un milagro. Lo único que le pido a dios es que no me lo deje ir”. 
“¿Los otros chicos también están heridos?”, preguntó Tenembaum. “No. A los otros nenes los tenía demorados el juez de Menores.”
Unos minutos después la escuché contar la misma historia en otra radio. Su voz se multiplicó toda la mañana.
Por la tarde, Lucas murió. 
“Esta no era la idea”, dijo su mamá
Me acordé de unas líneas de Cristina Peri Rossi, que hace unos días ganó el premio Cervantes. Se llama “Proyectos”. 

Podríamos hacer un niño 
y llevarlo al zoo los domingos. 
Podríamos esperarlo 
a la salida del colegio. 
Él iría descubriendo 
en la procesión de nubes 
toda la prehistoria. 
Podríamos cumplir con él los años. 

Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad 
un fascista de mierda le pegara un tiro.

 

8. No-cosas

Asi se llama el libro de Byung-Chul Han que acaba de editar Taurus. La descripción disponible online dice: “«Hoy estamos en la transición de la era de las cosas a la era de las no-cosas. No son las cosas, sino la información, lo que determina el mundo en que vivimos.» El mundo se vacía de cosas y se llena de información inquietante como voces sin cuerpo. La digitalización desmaterializa y descorporeíza. Los medios digitales sustituyen a la memoria, sin violencia ni demasiado esfuerzo. La información falsea los acontecimientos. Se nutre del estímulo de la sorpresa. Pero este no dura mucho. Rápidamente sentimos la necesidad de nuevos estímulos. Como cazadores de información, nos volvemos ciegos ante las cosas silenciosas y discretas, incluso las habituales, las menudas y las comunes, que no nos estimulan, pero nos anclan en el ser.” 
Pienso en la noción de “objetos digitales” de otro filósofo oriental radicado en Alemania, Yuk Hui, el de la tecnodiversidad (N37P02).
No cosas. Tampoco bordes. Ni tejas.
Anclar en el ser. ¿Anclar como contrario a derivar? Otra vez tattva.

 

9. Imprevisto

“Hablando de Clarice y de la locura de amor y las mujeres una poeta de Brasil me manda esto. Lo pensé para vos”, me escribió hace unos días Alicia Killner, parte de la aristocracia lectora de diezpalabras. Venía con una foto de un libro, un epígrafe, y arriba decía “hallazgo que me envía Camila Do Valle”.
El texto es un fragmento de una carta de Lispector a su amiga Olga Borelli. Está fechado en Río de Janeiro, 11 de diciembre de 1970, y es tan lindo en portugués que no quiero traducirlo; hay versión e español acá. Aunque es una carta, y lo encontré como texto corrido, lo reproduzco como se ve en la foto de Alicia y Camila.

Acontece que eu achava 
que nada mais tinha jeito.
Então vi o anúncio de uma água 
de colônia da Coty, chamada Imprevisto. 
O perfume é barato. Mas me serviu
para me lembrar que o inesperado 
bom também acontece.
E sempre que estou desanimada 
ponho em mim o Imprevisto. 
Me dá sorte”

 

10. Gusto

Qué alegría la alegría que no se ve venir y de pronto, acontece.
A mí me anclan en el ser los jacarandás, fragantes en guaraní (aunque los siento más color que olor). 
“Dardo Rocha plantó jacarandás y tilos en toda la ciudad para que estuvieran florecidos dando linda vista y lindo perfume a la ciudad para cada aniversario que es el 19 de noviembre. Sabían?”, tuiteó el miércoles Maru Friselina, nacida y criada en La Plata. En las respuestas la desmienten con elegancia: es un “lindo mito urbano”. Se non è vero, è ben trovato. Seguía Maru: “Hay una ordenanza municipal que establece que las flores de los jacarandás que caen al piso se barren cada 3 días dando tiempo a que quede pintoresco pero no tanto como para que se pudran y la gente se patine. Sabían?”
Ayer fue 19 de noviembre. Feliz cumpleaños, La Plata, la ciudad donde Andrés Calamaro se sintió tan a gusto que dijo que se fumaría un porrito, y le abrieron una causa judicial por esas palabras (¡palabras! no-cosas) que duró once años.
Yo también me sentía muy a gusto esa noche en la Plaza Moreno, hace, como decía Andrés, años más años menos, unos mil. Siempre estuve a gusto en La Plata, siempre en noviembre o casi, meta jacarandá, tilo y fragancia. 
Y resulta que ahora tengo otra invitación, otra excusa para irme (¡por fin!) de viaje. Media distancia. Invita Sara Guitelman, diseñadora, docente e ilustre lectora y dealer de esta cartita semanal. Sara está a cargo del taller 1C de diseño – cátedra Filpe, en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata, y este cuatrimestre estuvo trabajando con sus estudiantes sobre diezpalabras. Este jueves 25, en el patio de la sede Fonseca, hacen un picnic que es a la vez de reencuentro y despedida (como casi todo). Estoy –estamos, todes- invitades; la tentación de engentarse(me)(nos) es tan grande que ni pienso en resistir. Ahí se ven 🙂