2. Volunturismo

“La vergüenza que siento es estratosférica”, tuiteó Pablo Sánchez, junto a fotos de Instagram: una rubia alzando a un nenito negro en la sabana africana. “Como director de una organización que tiene un programa de voluntariado quiero contaros algo”, agregó. “Irse a un país a miles de kilómetros durante un par de semanas para ‘ayudar’ a la población y conocer su modo de vida no es voluntariado, es negocio. La pobreza se convierte en un atractivo turístico y los niños en ‘algo con lo que hacerse fotos’.”
Dr. Nutella respondió: “Se le denomina SINDROME DEL SALVADOR BLANCO. Tiene mucho que ver con el volunTurismo basado en el asistencialismo y el paternalismo, y además cómo se romantiza la pobreza y la miseria”. 
Otra palabra-valija, reconocida por Fundeu-RAE desde 2017. Martín Caparrós la diseccionó en El País, en 2018; rastreó su origen a la International Ecotourism Society. “‘Dícese del turismo que incluye un voluntariado humanitario’ —o algo así”, dice Caparrós “El volunturismo son esos viajes que hacen personas, sobre todo jóvenes, que quieren intentar algo distinto. (…) viajar para ‘hacer una diferencia’, viajar ‘con un propósito’, dejar los privilegios y trabajar para los otros. Como ya no hay grandes relatos, como no hay dónde buscar revoluciones o vidas radicalmente diferentes, los inquietos disfrutan de unos días con los pobres. (…) Te venden la experiencia —customizable al gusto del cliente— en tres o cuatro clics. El volunturismo ya mueve muchos millones de personas, miles de millones de euros”. 
The Guardian explica que una casa construida en Honduras por volunturistas cuesta —incluyendo sus viajes— 30.000 dólares. Y que la misma casa construida por locales cuesta 2.000: que si los volunturistas se quedaran en sus casas y mandaran la plata se podría construir 15 veces más casas. Pero, claro, les faltaría ‘la experiencia’”, destaca Caparrós. “El volunturismo consagra la misma idea de las relaciones entre ricos y pobres: beneficencia, dádivas (…) Algunos dicen que es una forma bastante obvia de colonialismo.”