1. Javarí

“El veterano indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips desaparecieron durante una expedición en el valle de Yavarí, en el Estado de Amazonas, el más violento del país. Once días después, la Policía Federal dijo que había encontrado sus cuerpos en el bosque”, se dice en el episodio del viernes de El Hilo Podcast. Javarí, o Yavarí: otro de esos sitios dados a conocer por la tragedia, como Napalpí (N48P08) o Bucha (N79P06). Un pescador confesó que había asesinado a Pereira y Phillips. Es la punta de un iceberg de violencia. “Hay una guerra por la naturaleza. Dom Philips fue asesinado tratando de advertírtelo”, tituló Jonathan Watts en The Guardian, donde escribía Phillips. “Bruno Pereira destacó la devastación de la selva tropical y el abuso de los derechos humanos. Dom contó su historia.”
Pereira protegía a los pueblos indígenas en aislamiento, evitando invasiones, enfermedades y otras amenazas. Trabajó en la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) hasta que lo echaron cuando Bolsonaro llegó al poder; pasó entonces a trabajar con la Unión de Pueblos Indígenas del Valle de Javarí (UNIVAJA). Phillips estaba escribiendo un libro: Cómo salvar el Amazonas. 
La Reserva Indígena del valle de Javarí, cerca de la triple frontera con Perú y Colombia, mide 85.000 kilómetros cuadrados, más que la provincia de Entre Ríos o Panamá. “Es el sitio en la Amazonía donde viven hoy más pueblos en aislamiento”, dice Faleiros. En 2001 se creó el estatus de territorio indígena, “a pesar de mucha resistencia de poblaciones no indígenas, que ya no podían pescar ahí”, dice Silvia Viñas. “El territorio ahora es un foco de cazadores, pescadores y madereros ilegales.” Según Bolsonaro, los pueblos indígenas son “latifundistas pobres encima de tierras ricas”.
El año pasado el número de asesinatos en el estado de Amazonas aumentó en un 54%. Allí  funcionan redes de narcotráfico que trasladan cocaína producida en Perú hacia las ciudades de la costa brasileña y Europa. “Cada vez, más criminales, más organizados y armados se aprovecharon de la falta de estructura del Estado”, afirma la antropóloga Bárbara Arisi.
Pereira y Philips habían recibido amenazas. Bolsonaro dijo que “aquel inglés” era “mal visto” en la región por sus artículos, y que él y Pereira habían sido imprudentes en meterse allí “sin seguridad”. Así los recuerda Joao Montanaro en Folha.