7. SWIFT

“Último momento: La Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Estados Unidos deciden desconectar a los bancos rusos del sistema internacional de pagos SWIFT”. Lo vi en un tuit de TRT World Now de las 7.28 del sábado, pero está por todos lados; aquí el anuncio oficial de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Las sanciones incluyen también frizar los activos del Banco Central Ruso y cerrar los mercados europeos a los millonarios rusos.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, llamó a la desconexión de SWIFT el “arma nuclear financiera”. Es que el SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication o sociedad para las comunicaciones interbancarias y financieras mundiales) es la herramienta utilizada para las comunicaciones interbancarias: lo que permite transferir dinero entre países de forma segura.
“En 2014 el Gobierno ruso ya pronosticó que su PIB caería un 5% si le sacaban de Swift (…) por la dificultad de sus entidades y empresas para mantener sus negocios con el exterior de manera segura”, dice El País. “Putin lleva tiempo creando un sistema propio para paliar los posibles efectos. Además, cuenta con la alternativa del sistema de pagos interbancario internacional de China (CIPS) o a través del mercado de criptomonedas. Aquí radica otro de los grandes riesgos: con la expulsión del país de Swift se fomentaría el uso de sistemas alternativos como el chino y podría reducir el dominio del protocolo ahora dominante”. Y cita a Javier Collado, profesor de Economía de la Udima: “Con el sistema chino reducirían las consecuencias económicas. Europa, en cambio, que compra mucho gas a Rusia, sí tendría un efecto inmediato incluso mayor”. 
Por eso mismo, la desconexión de SWIFT no será total, sino solo “para algunos bancos rusos”. Se supone que la compraventa de hidrocarburos sigue, como para evitar una crisis energética global. 
Para todo lo demás, sostienen algunes, existen las criptomonedas.