9. Barrito

Hacia el hondo bajo fondo donde el barro se subleva va de entrada Bajo este sol tremendo
“A pesar del sol castigante, la alfombra de barrito sobre el pavimento no se había secado ni un poco. Estaba en todas las calles. 
–Llovió mucho, parece –dijo Cetarti. 
–No, acá no llueve desde abril más o menos. ¿Vos decís por el barrito? 
–Ahá. 
–No, eso es porque subieron las napas, el agua está casi al ras del suelo. Mirá las casas: todas rajadas. Ahora todo el terreno es barro, se hunden. Los pozos negros revientan, mucho de este barrito de la calle es mierda y meo de los pozos negros. Por eso se han muerto los árboles, se pudrieron todos el primer año. Hacé lavar el auto cuando te vayas, porque se te va a pudrir toda la chapa, hacele lavar bien los guardabarros por adentro, este barrito es veneno para la chapa de los autos.”
En 2018, Busqued decía sobre esta novela: “El principal objetivo era poner afuera de mí un clima que tenía adentro”. Casi lo mismo le había dicho a Pablo Plotkin en 2013: “Había un malestar que necesitaba sacarme de adentro”. Y más: “Mi viejo estuvo en el fusilamiento de un pibe de las Ligas Agrarias que, según contaba él, había ordenado matar a una familia de colonos. Mi viejo, un suboficial de la Fuerza Aérea, me contó siendo yo muy chico que al pibe –que había sido alumno suyo– lo encontraron atrás de una planta. Que se dieron cuenta que estaba ahí por cómo temblaba la planta. Y que lo ataron con alambres a un árbol y lo cagaron a tiros, mientras pedía que no lo mataran. Desde entonces el alambre me da escalofríos. Mi viejo fue un personaje nefasto en más de un nivel. Años después de su muerte, caí que él había estado en esa ejecución. Y se acentuó eso que yo siempre sentía de estar en el lado equivocado de la cosa.”
Hundirse hasta el cogote en ese barro sublevante, salir con una novela fuera de serie, unánimemente aclamada, y no saber si igual no se te pudrió ya la chapa. Ya sé no me digás, tenés razón.