6. Criptodólares

No son dólares de la cripta. O quizás sí.
Me niego a poner bitcoin como palabra destacada, pero hay que decir que el salto de esta semana es nunca visto (sombra terrible de Unprecedented, N09P06, vengo a invocarte). Subió cerca de un veinte por ciento. En lo que va de la pandemia, se quintuplicó: pasó de 10 mil dólares en marzo a 47767 anoche. Un solo bitcoin son más de cuatro millones de pesos.
La culpa, para variar, es de (perdón) Elon Musk. Tampoco quería hablar de él, bue. El bitcoin ya venía subiendo, pero Elon Midas, como lo llaman, sumó su toque. El 19 de enero, se agregó “#bitcoin₿” en su bio de Twitter (sí, hay emoji de bitcoin) y disparó la criptomoneda un 15% en 15 minutos, de 32 mil a 37 mil dólares. Y el lunes 8, Tesla compró 1500 millones de dólares en bitcoin y lo llevó hasta US$44 mil. Así, Tesla ganó en dos semanas más de lo que había hecho en doce años vendiendo autos. No entiendo cómo es legal. 
Pero dije que la palabra era criptodólares. O stablecoins. Se la(s) escuché a Alejandro Bercovich, que el jueves habló de criptomonedas en su editorial en Radio con Vos. Eso marca que empieza a ser un tema de mayor interés público, en un país donde los ahorros se evaporan. Dice que ¡ochocientas mil! personas, el dos por ciento de la población, tienen billeteras de criptomonedas en Argentina. 
Ahora, el Bitcoin no es apto para corazones frágiles: sube y baja que da calambre. Por eso, cuenta Bercovich, siete de cada diez compran criptodólares, como DAI: “criptodivisas atadas a una moneda fuerte”. Él lo presentaba como una variante un poco más segura de las criptomonedas, y seguramente así se consideren en el resto del mundo; pero en Argentina, son un truco más para conseguir dólares y evitar impuestos. Infobae lo llama “el último mercado exento de trabas para comprar y vender dólares”. Para InfoTechnology es “el nuevo rulo”. Según cuentan, la inversión en criptodólares en Argentina se multiplicó por ocho de 2019 a 2020, y se transfirieron 50 mil millones. Alrededor de un millón de bitcoin.