1. Negrito

El primer affaire glotopolítico del año 😍 (el último del año pasado). La anécdota dio vuelta al mundo: el uruguayo Edison Cavani metió dos goles para el Manchester United contra el Southampton; cuando un amigo lo felicitó por Instagram, respondió como habría hecho por teléfono o cara a cara: “Gracias, negrito”. La Federación Inglesa de Fútbol lo condenó a tres fechas de suspensión y una multa de cien mil libras por racista. 
“Cualquier usuario de nuestra lengua en esta parte del mundo entiende que esa palabra, en el contexto que ha dado lugar a la medida punitiva, posee un claro sentido afectivo, por completo exento de cualquier matiz discriminador o racista”, dijo la Academia Argentina de Letras. “El Diccionario de Americanismos define el uso de la voz ‘negro’, en su registro popular en Cuba, Paraguay, Argentina y Uruguay, como ‘Persona muy querida’. El sentido afectivo se ve intensificado en el empleo de Edinson Cavani por el uso de la forma diminutiva.”
“‘Negrito’ is not the Spanish equivalent of the n-word”, explica Franca Roibal. Pero también dice que “hay que atacar el racismo sistémico” de la sociedad uruguaya.
El Colegio de Traductores de Uruguay habla de “contrasentido” por “una mala interpretación o a una falta de cultura general”: “Se leyó un mensaje emitido en otra lengua, en el marco de otra cultura, sin que existiera traducción, y, por consiguiente, no existió trasmisión del sentido del texto para que pudiese ser comprendido en la otra lengua y la otra cultura (la inglesa) y, probablemente, ello se llevó a cabo desde una perspectiva anglocentrista.”
Dijo Cavani: “Acepto la sanción disciplinaria por saberme ajeno a las costumbres idiomáticas inglesas. Pido disculpas si ofendí a alguien con una expresión de cariño hacia un amigo, nada más lejano en mi intención”. Entendió: Instagram es una vidriera, y “las costumbres idiomáticas inglesas” lo rigen hasta cuando habla fuera de la cancha, en su propia lengua, en su propia cuenta y a su propio amigo.