2. Piso pegajoso

“Las mujeres instruidas hablamos de techos de cristal cuando no podemos acceder a puestos de poder en las empresas o en las instituciones públicas. Las personas gestantes más humildes obligadas a parir una y otra vez, hablan de pisos pegajosos. No se atreven ni a soñar con educación y con empleos de calidad.” Otra vez Cecilia Ousset en el Senado.
La idea del piso pegajoso se encuentra por primera vez en el trabajo A sticky floors model of promotion, pay, and gender, en el European Economic Review, abril de 2003, por Alison L. Booth, Marco Francesconi y Jeff Frank. Rebecca Shambaugh escribió It’s not a glass ceiing, it’s a sticky floor en 2007; lo resumió en ocho minutos en esta charlita de 2013. Se refiere a los problemas de las mujeres profesionales; después la noción empezó a usarse para describir las dificultades de ascenso laboral de todas las trabajadoras.
Me permito disentir con la doctora Ousset en un detalle: dudo de que las personas gestantes más humildes obligadas a parir una y otra vez hablen de pisos pegajosos. A lo sumo les tocará limpiar pisos pegajosos. Somos las instruidas, las que elegimos si, cuándo y cómo parir -y en muchos casos aprendimos a limpiar pisos en la pandemia-, quienes hablamos de estas cosas, quienes quizás encontremos un minuto para leer sobre feminismo y entender la metáfora.