1. Hiperstición

Escucho a Andreu Belsunces entrevistado por Mariana Salgado en el episodio 302 del podcast Diseño y diáspora.  
“Una obsesión que me acompaña es cómo la ficción constituye lo que nosotros llamamos lo real. (…) Yo no hablo de la diferencia entre ficción y realidad, sino de cargas ficcionales dentro de lo real. El filósofo francés Henri Bergson ya se había acercado a esto, y luego el Cybernetic Culture Research Unit, de la Universidad de Warwick, lo exploró a través de la teoría de la hiperstición en los 90.”
MS: ¿De la qué? Disculpame.
“La teoría de la hiperstición dice que los futuros se actualizan en el presente para hacerse realidad. Por ejemplo, el efecto 2000, ¿te acuerdas? Se decía, en el cambio de milenio, que el mundo iba a colapsar porque los ordenadores no iban a saber hacer el cambio de fecha. Era una leyenda urbana, pero se terminó convirtiendo en realidad en la medida en que empresas empezaron a invertir dinero para evitar algo que no sabían si sucedería.”
Nick Land, del CCRU, lo explicó en una entrevista de 2009. “La hiperstición es un circuito de retroalimentación positiva que incluye la cultura como componente. Puede definirse como la (tecno)ciencia experimental de las profecías autocumplidas. Las supersticiones no son más que falsas creencias, pero las hipersticiones -por su propia existencia como ideas- funcionan causalmente para provocar su propia realidad. La economía capitalista es extremadamente sensible a la hiperstición, donde la confianza actúa como un tónico eficaz, e inversamente. La idea (ficticia) del Ciberespacio contribuyó a la afluencia de inversiones que lo convirtieron rápidamente en una realidad tecnosocial.” 
Sigue: “El monoteísmo abrahámico también es muy potente como motor hipersticional. Al tratar a Jerusalén como una ciudad santa con un destino histórico-mundial especial, por ejemplo, ha asegurado la inversión cultural y política que convierte esta afirmación en una verdad. La hiperstición es así capaz, en circunstancias ‘favorables’ cuya naturaleza exacta requiere más investigación, de transmutar las mentiras en verdades.”